Claro-Oscuro [Libre]

Viernes 9:30 de la Noche.

La castaña se encuentra en su habitación tendida en la cama, en el ventanal puede observar como la luz de la luna ilumina su oscura habitación, observa el techo manteniendo la vista en un punto fijo, siendo una pequeña mancha en forma de rostro quien la mantiene atenta y distraída. Los minutos transcurren uno a uno, hasta que un golpe seco a su puerta la saca del trance en el que estaba; la puerta se entre abre.

Thais:Yaz saldré con Tod, hay comida en la cocina, no seas floja y hazte de comer… bueno si tienes hambre. Nos vemos más tarde no me esperes.

La voz de su prima resuena en las sombras de su cuarto, Yaiza solamente frunce el seño, sin siquiera responderle a su prima. Sonríe por lo bajo y espera el tiempo suficiente para que su prima salga de casa. El taconeo de las zapatillas de su prima poco a poco comienza a disminuir, el sonido casi se vuelve nulo, hasta que el “azote” de la puerta principal se escucha delatando que su prima ya se ha marchado, seguido del rugir del motor del auto de Tod. La ojiclara se pone en pie y sale al balcón de su recamara, observa el cielo mismo que comienza a nublarse, sonríe mientras un suave brisa golpea su cuerpo, obligándola cerrar los ojos para sentir el contacto de la naturaleza; los ruidos nocturnos le llaman e incluso siente que la seducen para que se ponga en contacto con ellos. En un arranque de impaciencia entra a su recinto de descanso, se lava el rostro y solamente retoca su maquillaje y delineado de negro sus ojos, aplica un labial discreto, coge un pequeño bolso y sale de casa.


Una hora ha transcurrido desde que salió de casa y comenzó a decidir sobre “a dónde acudir”, ya que acudir al cementerio no es de su estilo y solamente acude cuando es el aniversario luctuoso de su familia, el Mirador, bueno ya es noche y no va a observar nada, pero el Bosque siempre es el lugar perfecto para distraerse y estar en pleno contacto con la naturaleza. Después de su debate y el tiempo perdido, se dirige al bosque, mismo que a pesar de estar a las afueras de la ciudad, debido a la ubicación de su residencia tanto a Yaiza como a Thais les queda muy cerca.

Los sonidos de la noche se hacen presentes, en el cielo las estrellas se han oculto dando paso a un manto grisáceo mismo que podría confundirse con una tonalidad morada, poco a poco los relámpagos y el estruendo de los rayos se hace presente prediciendo una tormenta o almenos una lluvia lo suficientemente fuerte como para resguardarse. La joven aprendiz de hechicera, recorre y explora el bosque, el sonido de las hojas secas delata sus pasos, las ramas de los arboles ambienta el cantico de la madre naturaleza.

-Pronto lloverá

Musita para ella misma, dejando escapar un largo suspiro, prediciendo lo que es muy evidente, camina por un largo trecho hasta que algo muy adentro le dice que se detenga, obligándola a detener el paso en seco, mantiene la vista al frente, está prácticamente inmóvil, no voltea simplemente esta alerta ante cualquier cosa que pueda suceder.