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Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
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Adrik L. Bahuer
Annelysse D. Felder
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Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
El año termina y Londres no se queda atrás con la fiesta de despedida al año 2011. Por ese motivo, los altos mandos de la ciudad han organizado una fiesta en honor al fin-inicio de año. Se han enviado las invitaciones impresas y por todos los medios de comunicación masiva para que no falte nadie a dicho espectáculo que tendrá lugar, nada más y nada menos que en el Big Ben.
Se espera la asistencia de la gran mayoría de los citadinos, ya que no muchos han decidio viajar para dichas fechas. Se infirmó a los invitados que habría una inmensa mesa llena de la cena típica de año nuevo, vinos y demás antojos para que las familias puedan disfrutar del evento, además de tres macropantallas que expondran visualmente los mejores eventos de la ciudad acontesidos en el año que termina, así como la famosa cuenta regresiva que seguramente será gritada a todo pulmón cuando los diez segundos finales lleguen.
Pensando en toda la clase de asistecia, se han contratado a dos DJ's de fama internacional para que den vida al evento con su mezcla de sonidos.
¡No faltes! Seguramente hablarás del evento durante todo el nuevo año 2012.
Recuerda que no es el fin del mundo, pero por si las dudas, ¡a disfrutar!
ACTIVIDAD ON ROL
+Por aplazamiento, el tema de Halloween será CERRADO también con intención de comenzar el nuevo tema global.
+Es una fiesta de año nuevo, vayan vestidos como mejor les plazca.
+Deberán colocar una imagen en SPOILER de su vestimenta.
+Roleen mucho, preferiblemente con aquellos con los que no han roleado.
+Inventen tramas interesantes entre sus personajes, denle su toque a la trama.
+Hay ángeles y demonios en la fiesta, así que tengan cuidado. Nadie está a salvo.
+Pueden crear temas aparte, pero con relación a la fiesta.
+Igual que en el tema anterior, coloquen el nombre del PJ o los PS's a quien/es escriben.
+Dudas y aclaraciones vía MP
+Disfruten de la fiesta y de su rol
Última edición por Annelysse D. Felder el Sáb Feb 11, 2012 8:48 pm, editado 1 vez
Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Año nuevo, vida nueva. O al menos ese era el dicho que tenían los humanos. Pero ese dicho no era aplicable a mi persona. Es decir, ¿por qué querría yo una vida nueva? La que tenía en esos momentos era, simplemente, perfecta. Era joven, vivía bastante bien, tenía la compañía de quien quisiera cuando lo quisiera. Era fuerte, poderoso, apuesto. Mi vida estaba llena de éxito, emoción, victoria. ¿Por qué querría alguien así tener una vida nueva, siendo que la vida vieja ya era perfecta? Era tal la razón que me hacía discrepar de aquellos dichos de los humanos. Claro, que no era una novedad que mi pensamiento difiriera de lo que pensaban los monos sin pelo. Sería algo preocupante que mis pensamientos y opiniones coincidieran 100 % con la de los humanos: eso indicaría que algo iba mal en mi mente. Pero por ahora mi mente estaba perfectamente sana, así que para mi los humanos seguirían siendo igual de estúpidos, vagos y pecaminosos que siempre. Pero bueno, ¿no era eso lo que a todos nos gustaba de ellos? ¿No era esa característica humana de su frágil voluntad lo que los hacía tan fáciles de condenar?¡Pero si algunos parecía que te estaban pidiendo que los llevases al piso de abajo! Y yo, como un buen caballero que era, concedía aquellos turbios deseos de los humanos.Aunque, claro, solo concedía aquellos deseos que llevaran a una condenación de las almas humanas. Yo era un demonio, no un genio que conceda tres deseos cualesquiera.
Aunque una cosa debía admitir: si que había algo mas que aquella faceta de la condenación que me gustaba de los humanos. Las fiestas. Oh, si, no eran las mejores del mundo ni remotamente, de hecho, todas sus fiestas eran muy aburridas comparadas con el grado de diversión a la que yo estaba acostumbrado. Pero una cosa estaba clara: una fiesta era una fiesta. Por muy aburrida que fuera, yo jamás me perdía una fiesta. Porque allí era donde los humanos estaban desmadrados. Las fiestas les hacían perder su inhibición, ya fuera por la cantidad de alcohol que ingerían {que a mi no me bastaba ni para empezar} o porque pensaran que aquella era una ocasión especial y, por tanto, se iban a desmadrar como nunca. De todas formas, sus razones me daban lo mismo. Lo importante era que estaban en ese estado en que eran tan fáciles de engañar que ni siquiera tenía que esforzarme, pues eran ellos solitos lo que sed arrojaban a el fuego eterno. A parte de eso, siempre era un buen lugar de reunión con compañeros de "trabajo" a los que no podía ver por estar demasiado ocupado con mis cosas. Además, era una excusa como otra cualquiera para ponerme guapo. Que yo siempre lo estaba, por supuesto, pero en aquellas ocasiones lo estaba mas, si es que eso podía ser posible.
Así que en aquellas fechas tan señaladas, no podía ser menos que ir a una o dos fiestas. Y la que me quedaba mas cerca era la fiesta que se celebraba en el paso de un año al otro: la noche de fin de año. Había oído que para conmemorar tan señalada ocasión estaba preparada una gran fiesta en el Big Ben a la cual iría todo Londres. Incluido yo mismo. Porque una fiesta nunca estaba completa si no estaba yo allí. No podía dejar a los pequeños humanos sin el privilegio de mi presencia, no era tan cruel como para eso. De modo que debía prepararme para aquella gran fiesta. Oh, dios mío, ¿que me pongo? Los humanos solían vestirse muy elegantes para esa ocasión, con largos vestidos de colores vivos para las mujeres, mientras que los hombres solían decantarse por un sobrio esmoquin que los asemejaba mas a pingüinos que a seres humanos. De modo que opté por una sencilla vestimenta que nunca me haría parecer ningún tipo de ave: una simple camisa blanca con unas rayas de color azul marino, que se mezclaban unas con otras en algunos puntos para crear cuadrados. Siguiendo con esa línea me puse vaqueros y zapatos color marón. Una vestimenta bastante simple, aunque mas elegante de lo que solía llevar, siendo yo mas inclinado a llevar camisetas negras en lugar de camisas de colores tan claros. Y dada que la ocasión era especial, cambié también mi peinado. En lugar de dejar que el flequillo me tapara la frente, lo peiné de tal manera que dejaba mi frente completamente despejada, y mis ojos libres de los mechones de pelo que ocasionalmente se metían en ellos. Me di un sobresaliente al mirarme al espejo, pues aunque no estaba demasiado elegante, si que estaba, como siempre, apuesto.
Una vez solucionado el tema de la vestimenta, me coloqué una chaqueta de cuero negra para no pasar un excesivo frío en el lugar, y salí para dirigirme a la fiesta. Entre mis manos sujetaba aquella invitación que días antes me había llegado por correo, informándome acerca del día, lugar y hora en la que se celebraba la fiesta, aunque el día y la hora parecían datos innecesarios, dado que hablábamos de una fiesta de Año Nuevo. Una vez llegué al lugar, la chaqueta era ya innecesaria, pues el ambiente en el sitio era caldeado, nada que ver con lo que teníamos en el exterior. En cierto modo, me gustaba mas el exterior. El frío. Se podría pensar que, dado que era un demonio, me gustaba el calor. Pero no era así. Para un ser que se pasa toda su existencia entre el caluroso y sofocante fuego, el frío era un alivio, algo nuevo y diferente, que no era del todo malo. Era un cambio, algo que no se veía todos los días en el lugar de donde venía.
Un amable guardarropa cogió mi chaqueta a la entrada de la sala en la que se celebraba la fiesta dentro del gran monumento del Big Ben. Para ser un fiesta de humanos, no estaba mal montada, pensé mientras mirada en torno a mi, mirando la mesa extendida con todos aquellos manjares con los que los humanos se deleitan en estas fechas, y las pantallas me hacían suponer que por ahí se verían imágenes de otros lugares, además de el momento crucial en el que pasaríamos por fin de ese año para empezar uno nuevo. Sin dirigirme a ningún sitio en concreto, empecé a vagar por la sala, mirando a todos los asistentes, que ya empezaban a llegar, algunos ataviados con sus mejores galas, y otros con unas ropas tan poco elegantes que podrían haber ido a hacer deporte con ellas puestas. No tenía ninguna prisa por hacer nada todavía. Podía permitirme vagar un rato sin hacer nada, pues la noche era joven, y aún quedaba mucha por delante. El nuevo año me daba buenas vibraciones: si era al menos la mitad de bueno que el anterior, sería perfecto. Aunque, claro, seguro que el año que viene sería mucho mejor que el presente. Me ocuparía personalmente de que así fuera.
Aunque una cosa debía admitir: si que había algo mas que aquella faceta de la condenación que me gustaba de los humanos. Las fiestas. Oh, si, no eran las mejores del mundo ni remotamente, de hecho, todas sus fiestas eran muy aburridas comparadas con el grado de diversión a la que yo estaba acostumbrado. Pero una cosa estaba clara: una fiesta era una fiesta. Por muy aburrida que fuera, yo jamás me perdía una fiesta. Porque allí era donde los humanos estaban desmadrados. Las fiestas les hacían perder su inhibición, ya fuera por la cantidad de alcohol que ingerían {que a mi no me bastaba ni para empezar} o porque pensaran que aquella era una ocasión especial y, por tanto, se iban a desmadrar como nunca. De todas formas, sus razones me daban lo mismo. Lo importante era que estaban en ese estado en que eran tan fáciles de engañar que ni siquiera tenía que esforzarme, pues eran ellos solitos lo que sed arrojaban a el fuego eterno. A parte de eso, siempre era un buen lugar de reunión con compañeros de "trabajo" a los que no podía ver por estar demasiado ocupado con mis cosas. Además, era una excusa como otra cualquiera para ponerme guapo. Que yo siempre lo estaba, por supuesto, pero en aquellas ocasiones lo estaba mas, si es que eso podía ser posible.
Así que en aquellas fechas tan señaladas, no podía ser menos que ir a una o dos fiestas. Y la que me quedaba mas cerca era la fiesta que se celebraba en el paso de un año al otro: la noche de fin de año. Había oído que para conmemorar tan señalada ocasión estaba preparada una gran fiesta en el Big Ben a la cual iría todo Londres. Incluido yo mismo. Porque una fiesta nunca estaba completa si no estaba yo allí. No podía dejar a los pequeños humanos sin el privilegio de mi presencia, no era tan cruel como para eso. De modo que debía prepararme para aquella gran fiesta. Oh, dios mío, ¿que me pongo? Los humanos solían vestirse muy elegantes para esa ocasión, con largos vestidos de colores vivos para las mujeres, mientras que los hombres solían decantarse por un sobrio esmoquin que los asemejaba mas a pingüinos que a seres humanos. De modo que opté por una sencilla vestimenta que nunca me haría parecer ningún tipo de ave: una simple camisa blanca con unas rayas de color azul marino, que se mezclaban unas con otras en algunos puntos para crear cuadrados. Siguiendo con esa línea me puse vaqueros y zapatos color marón. Una vestimenta bastante simple, aunque mas elegante de lo que solía llevar, siendo yo mas inclinado a llevar camisetas negras en lugar de camisas de colores tan claros. Y dada que la ocasión era especial, cambié también mi peinado. En lugar de dejar que el flequillo me tapara la frente, lo peiné de tal manera que dejaba mi frente completamente despejada, y mis ojos libres de los mechones de pelo que ocasionalmente se metían en ellos. Me di un sobresaliente al mirarme al espejo, pues aunque no estaba demasiado elegante, si que estaba, como siempre, apuesto.
Una vez solucionado el tema de la vestimenta, me coloqué una chaqueta de cuero negra para no pasar un excesivo frío en el lugar, y salí para dirigirme a la fiesta. Entre mis manos sujetaba aquella invitación que días antes me había llegado por correo, informándome acerca del día, lugar y hora en la que se celebraba la fiesta, aunque el día y la hora parecían datos innecesarios, dado que hablábamos de una fiesta de Año Nuevo. Una vez llegué al lugar, la chaqueta era ya innecesaria, pues el ambiente en el sitio era caldeado, nada que ver con lo que teníamos en el exterior. En cierto modo, me gustaba mas el exterior. El frío. Se podría pensar que, dado que era un demonio, me gustaba el calor. Pero no era así. Para un ser que se pasa toda su existencia entre el caluroso y sofocante fuego, el frío era un alivio, algo nuevo y diferente, que no era del todo malo. Era un cambio, algo que no se veía todos los días en el lugar de donde venía.
Un amable guardarropa cogió mi chaqueta a la entrada de la sala en la que se celebraba la fiesta dentro del gran monumento del Big Ben. Para ser un fiesta de humanos, no estaba mal montada, pensé mientras mirada en torno a mi, mirando la mesa extendida con todos aquellos manjares con los que los humanos se deleitan en estas fechas, y las pantallas me hacían suponer que por ahí se verían imágenes de otros lugares, además de el momento crucial en el que pasaríamos por fin de ese año para empezar uno nuevo. Sin dirigirme a ningún sitio en concreto, empecé a vagar por la sala, mirando a todos los asistentes, que ya empezaban a llegar, algunos ataviados con sus mejores galas, y otros con unas ropas tan poco elegantes que podrían haber ido a hacer deporte con ellas puestas. No tenía ninguna prisa por hacer nada todavía. Podía permitirme vagar un rato sin hacer nada, pues la noche era joven, y aún quedaba mucha por delante. El nuevo año me daba buenas vibraciones: si era al menos la mitad de bueno que el anterior, sería perfecto. Aunque, claro, seguro que el año que viene sería mucho mejor que el presente. Me ocuparía personalmente de que así fuera.
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Adrik L. Bahuer- #} i'm a demon
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Hacía mucho tiempo que no salía en las fiestas, quizás porque con mi madre era mucho más difícil. Solo éramos dos y apenas íbamos a visitar a su familia… Ademas las fiestas no eran lo mismo desde que mi padre murió. Otro año mas sin el.
Suspiré en frente del espejo mientras me ponía la corbata. Mi madre me había comprado ese traje para que lo estrenara un día especial.. No me dijo cual pero pude deducir que sería uno de estos. Navidad no era de mis épocas favoritas. Más bien la odiaba. Y mi madre lo sabía pero no podía hacer nada… Estaba serio mientras acababa de ponerme la chaqueta y mirarme al espejo. Me toqué el pelo y volví a suspirar más pesadamente. Ojala el pudiera estar aquí…
Me dispuse a bajar las escaleras cuando escuché a Lily y a mi madre hablando en la habitación de mi hermanastra. No miré mucho ya que hablaban de cosas de mujeres, vestidos y todo eso… Se estarían acabando de preparar para salir. Bajé las escaleras y vi que Neil entraba por la puerta dejando el coche listo para ir al Big Ben, donde se celebraba esa fiesta.
Iba muy arreglado, al igual que yo, con su traje y corbata negros, el mío era azul hacia conjunto con mis ojos. Saludé a mi padrastro mientras me decía que estaba magnifico con el traje, yo le dije lo mismo y le di las gracias.
Alcé la cabeza cuando escuché a mi madre bajar y detrás iba Lily. Me la quedé mirando serio, la blondie iba muy guapa. Neil pareció leerme la mente ya que exclamó que su hija estaba hermosa y que mi madre estaba fantástica. Una vez abajo todos nos fuimos con el coche hasta el Big Ben. Y en cuanto tuvimos el coche aparcado fuimos hacia el sitio donde se celebraba el año nuevo. Unos señores muy amables nos recogieron en abrigo y me quedé con la chaqueta del traje.
En cuanto entré supe que había ángeles y demonios cerca, no sé porque… tenía esa impresión. Bueno la verdad siempre tenía esa impresión desde que pasó aquello… pero sabía que eso era para que me mantuviera alerta por si acaso… Observe a los que iban llegando y a los que ya estaban. Ni siquiera miré a mi madre cuando me preguntó si estaba bien, siempre me lo preguntaba por estas fechas, sabía lo que me pasaba. Me dirigí con mi madre, Neil y blondie.. digo Lily a pasear por el lugar y ver donde tenían los canapés y las copas.
Suspiré en frente del espejo mientras me ponía la corbata. Mi madre me había comprado ese traje para que lo estrenara un día especial.. No me dijo cual pero pude deducir que sería uno de estos. Navidad no era de mis épocas favoritas. Más bien la odiaba. Y mi madre lo sabía pero no podía hacer nada… Estaba serio mientras acababa de ponerme la chaqueta y mirarme al espejo. Me toqué el pelo y volví a suspirar más pesadamente. Ojala el pudiera estar aquí…
Me dispuse a bajar las escaleras cuando escuché a Lily y a mi madre hablando en la habitación de mi hermanastra. No miré mucho ya que hablaban de cosas de mujeres, vestidos y todo eso… Se estarían acabando de preparar para salir. Bajé las escaleras y vi que Neil entraba por la puerta dejando el coche listo para ir al Big Ben, donde se celebraba esa fiesta.
Iba muy arreglado, al igual que yo, con su traje y corbata negros, el mío era azul hacia conjunto con mis ojos. Saludé a mi padrastro mientras me decía que estaba magnifico con el traje, yo le dije lo mismo y le di las gracias.
Alcé la cabeza cuando escuché a mi madre bajar y detrás iba Lily. Me la quedé mirando serio, la blondie iba muy guapa. Neil pareció leerme la mente ya que exclamó que su hija estaba hermosa y que mi madre estaba fantástica. Una vez abajo todos nos fuimos con el coche hasta el Big Ben. Y en cuanto tuvimos el coche aparcado fuimos hacia el sitio donde se celebraba el año nuevo. Unos señores muy amables nos recogieron en abrigo y me quedé con la chaqueta del traje.
En cuanto entré supe que había ángeles y demonios cerca, no sé porque… tenía esa impresión. Bueno la verdad siempre tenía esa impresión desde que pasó aquello… pero sabía que eso era para que me mantuviera alerta por si acaso… Observe a los que iban llegando y a los que ya estaban. Ni siquiera miré a mi madre cuando me preguntó si estaba bien, siempre me lo preguntaba por estas fechas, sabía lo que me pasaba. Me dirigí con mi madre, Neil y blondie.. digo Lily a pasear por el lugar y ver donde tenían los canapés y las copas.
- Mi traje:
Erik Peterson- #} i'm a nephilim
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Bien, bien, bieeeeeeen, ya es navidad, ya es navidad, estoy... estoy tan contenta que en toda mi vida, oooh que bien, encima me había levantado con buen pie, había echo un gran trabajo llevando a unos cuantos humanos hacia el camino del bien y ya que era unas fechas de paz y amor era algo mas fácil convencerlos.
Estando por la calle había comprado unas luces para adornar mi piso, un árbol de navidad y sobre todo y que no falte el nacimiento del niño de Dios, pasando a por unos cuantos detalles más me fije en un cartel "Una Fiesta de Navidad en el Big Ben" genial, eso sera estupendo. Así pues cuando fui a mi piso puse todo lo que había comprado y una vez que estaba listo y la era hora de vestirse para ir a la fiesta.
Me duche y una vez terminado cogí unos pantalones ajustados, un jersey fino y unos zapatos con tacón, me prepare el pelo, me puse un poco de maquillaje, pintándome los ojos y los labios, poniéndome finalmente los pendientes y el poncho azul y blanco, mirándome al espejo y viendo que estaba lista, me encamine hacia el Big Ben, viendo por las calles las luces que habían puesto, era precioso, los niños felices con sus padres, las parejas comprando regalos incluso flores, un grupo de personas cantando canciones navideñas, ains estaba feliz de ver todo eso hasta que llegue allí, observando a los humanos como se divertían, pero la felicidad que yo tenia se desvaneció notando una presencia malvada, mirando por todas partes no encontraba encontrar al causante, pero... no iba a descansar hasta que lo encuentre.
Estando por la calle había comprado unas luces para adornar mi piso, un árbol de navidad y sobre todo y que no falte el nacimiento del niño de Dios, pasando a por unos cuantos detalles más me fije en un cartel "Una Fiesta de Navidad en el Big Ben" genial, eso sera estupendo. Así pues cuando fui a mi piso puse todo lo que había comprado y una vez que estaba listo y la era hora de vestirse para ir a la fiesta.
Me duche y una vez terminado cogí unos pantalones ajustados, un jersey fino y unos zapatos con tacón, me prepare el pelo, me puse un poco de maquillaje, pintándome los ojos y los labios, poniéndome finalmente los pendientes y el poncho azul y blanco, mirándome al espejo y viendo que estaba lista, me encamine hacia el Big Ben, viendo por las calles las luces que habían puesto, era precioso, los niños felices con sus padres, las parejas comprando regalos incluso flores, un grupo de personas cantando canciones navideñas, ains estaba feliz de ver todo eso hasta que llegue allí, observando a los humanos como se divertían, pero la felicidad que yo tenia se desvaneció notando una presencia malvada, mirando por todas partes no encontraba encontrar al causante, pero... no iba a descansar hasta que lo encuentre.
Hanna W. Vassiliev- #} i'm an angel
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Había pasado la última semana de compras con Clare, mi madrastra, decía que debía ir perfecta para la ocasión aunque cualquier cosa me quedaría genial, y yo no quería parecer grosera así que la acompañé a todos los lugares que creía convenientes.
A lo largo de los últimos siete días había insistido en ir con un sencillo vestido, aunque ella no acababa de entender mi manía de pasar desapercibida, no me gustaba destacar y mucho menos llamar la atención, así que había escogido un sencillo traje negro y azul marino, el color en el que había insistido tanto la novia de mi padre. Ahora me encontraba en mi habitación hablando precisamente con la mujer, de cómo debíamos ir maquilladas, como siempre yo muy sencilla.
Cogí mi abrigo negro y salí de mi habitación, después de Clare cerrando la puerta tras de mí. Mientras bajábamos las escaleras vi que abajo nos esperaban Erik y mi padre, los dos con traje, azul marino y negro, mi hermanastro, muy guapo nunca lo había visto así.
Bajé la cabeza cuando mi padre me dijo que estaba hermosa y le di un beso en la mejilla.
En el coche me dediqué a observar las calles y edificios que nos encontrábamos según nos acercábamos al lugar donde daríamos entrada al año nuevo, aún era nueva allí y aunque ya había visto todo aquello una ciudad nueva siempre me llamaba la atención.
Al llegar allí, como todos, dejé que me recogieran el abrigo, quizás me daría algo de frió pero daba igual siempre podría ir a recogerlo de nuevo si eso ocurría. Al entrar noté como mi padre se ponía algo tengo y Clare le decía algo al oído, sabía que la razón eran los demonios siempre se ponían así cuando estaban cerca, pero esta vez yo también pude percibir ángeles.
Vi como mi madrastra se giraba y alzaba la mano a modo de saludo a un grupo de persona un poco alejadas de nosotros. -Oh, chicos vamos a ir a saludar a unos conocidos... podeis ir donde querais si tenéis algun problema llamadnos. -Ambos, Clare y mi padre, se alejaron no sin antes mi padre decirme al oído "Ten cuidado", asentí y volví mi mirada hacia Erik. -Ha venido mucha gente... -Era lo primero que le decía desde que lo había visto bajando las escaleras en casa.
A lo largo de los últimos siete días había insistido en ir con un sencillo vestido, aunque ella no acababa de entender mi manía de pasar desapercibida, no me gustaba destacar y mucho menos llamar la atención, así que había escogido un sencillo traje negro y azul marino, el color en el que había insistido tanto la novia de mi padre. Ahora me encontraba en mi habitación hablando precisamente con la mujer, de cómo debíamos ir maquilladas, como siempre yo muy sencilla.
Cogí mi abrigo negro y salí de mi habitación, después de Clare cerrando la puerta tras de mí. Mientras bajábamos las escaleras vi que abajo nos esperaban Erik y mi padre, los dos con traje, azul marino y negro, mi hermanastro, muy guapo nunca lo había visto así.
Bajé la cabeza cuando mi padre me dijo que estaba hermosa y le di un beso en la mejilla.
En el coche me dediqué a observar las calles y edificios que nos encontrábamos según nos acercábamos al lugar donde daríamos entrada al año nuevo, aún era nueva allí y aunque ya había visto todo aquello una ciudad nueva siempre me llamaba la atención.
Al llegar allí, como todos, dejé que me recogieran el abrigo, quizás me daría algo de frió pero daba igual siempre podría ir a recogerlo de nuevo si eso ocurría. Al entrar noté como mi padre se ponía algo tengo y Clare le decía algo al oído, sabía que la razón eran los demonios siempre se ponían así cuando estaban cerca, pero esta vez yo también pude percibir ángeles.
Vi como mi madrastra se giraba y alzaba la mano a modo de saludo a un grupo de persona un poco alejadas de nosotros. -Oh, chicos vamos a ir a saludar a unos conocidos... podeis ir donde querais si tenéis algun problema llamadnos. -Ambos, Clare y mi padre, se alejaron no sin antes mi padre decirme al oído "Ten cuidado", asentí y volví mi mirada hacia Erik. -Ha venido mucha gente... -Era lo primero que le decía desde que lo había visto bajando las escaleras en casa.
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Había llegado el año nuevo, para mí no era una fecha diferente pero para mi hermano sí, siempre le habían gustado estas fiestas, pero no las pasaría conmigo, iría a un viaje con las personas de su instituto y a mí no me molestaba, el debía aprender a valerse poco a poco de sí mismo ya que en cualquier momento, en alguna batalla con algún demonio moriría y el quedaría como heredero de la fortuna y el ultimo de nuestra familia, aquel día temprano le había despedido temprano, parecía un padre pero en realidad era un hermano. Extrañamente me había llegado una invitación a una fiesta de fin de año, la verdad no era alguien adepto a las fiestas o a cualquier clase de vicios, quizás era porque era un ángel o quien sabia, al final prefería quedarme en casa; pero me habían dicho que no ignorara ninguna de las señales y no ignoraría esta. Por lo que debía prepararme para asistir a aquel lugar, la ropa no sería problema debido a que no era de los que se preocupaba por la ropa o por nada de eso.
Tomaría una vestimenta informal, para esos eventos prefería no vestir tan formalmente debido a que nunca estaba más de una hora o una hora y media, lo suficiente como para no pasar por un antisocial y luego regresar a mis actividades. Había escogido ya la ropa y todo estaba listo, debido al aire frio que estaba fuera decidí colocarme una gabardina oscura, no quería que todo el mundo centrara su mira en mí, la verdad es que prefería pasar desapercibido, había aprendido que los mejores trabajos se hacían en las sombras, fuera de la vista de todos y de todas.
Llegue al lugar donde era la fiesta, era dentro del Big Ben, aquel enorme monumento que era el centro de todo Londres, al entrar rápidamente pidieron mi Gabardina por lo que decidí entregárselas quedando con un suéter color claro y mi traje informal, a decir verdad, como esperaba, todos estaban concentrados en disfrutar de sus bebidas y en destruir a las personas a su alrededor, podían sentirse los pecados capitales en el aire, la lujuria, la gula, la avaricia y para mí era normal, en esas fiestas siempre habían personas con corazones realmente corruptos.
Continúe mi camino, pero no estaba con ningún grupo de esas personas, me acerque a la barra y simplemente me senté a mirar las personas, el Barman pregunto si quería algo a lo que negué con la cabeza, tenía un mal recuerdo de las bebidas alcohólicas y prefería mantenerlas lejos de mí, por ahora al menos. Todas esas personas pasaban justamente frente a mis ojos y no las reconocía, ninguna de ellas se me hacia conocida, pero por algo había recibido la invitación y debía quedarme el tiempo necesario o el que pareciera justo para poder averiguar que era lo que tenía que hacer en aquel lugar y con que razón había recibido la invitación.
Tomaría una vestimenta informal, para esos eventos prefería no vestir tan formalmente debido a que nunca estaba más de una hora o una hora y media, lo suficiente como para no pasar por un antisocial y luego regresar a mis actividades. Había escogido ya la ropa y todo estaba listo, debido al aire frio que estaba fuera decidí colocarme una gabardina oscura, no quería que todo el mundo centrara su mira en mí, la verdad es que prefería pasar desapercibido, había aprendido que los mejores trabajos se hacían en las sombras, fuera de la vista de todos y de todas.
Llegue al lugar donde era la fiesta, era dentro del Big Ben, aquel enorme monumento que era el centro de todo Londres, al entrar rápidamente pidieron mi Gabardina por lo que decidí entregárselas quedando con un suéter color claro y mi traje informal, a decir verdad, como esperaba, todos estaban concentrados en disfrutar de sus bebidas y en destruir a las personas a su alrededor, podían sentirse los pecados capitales en el aire, la lujuria, la gula, la avaricia y para mí era normal, en esas fiestas siempre habían personas con corazones realmente corruptos.
Continúe mi camino, pero no estaba con ningún grupo de esas personas, me acerque a la barra y simplemente me senté a mirar las personas, el Barman pregunto si quería algo a lo que negué con la cabeza, tenía un mal recuerdo de las bebidas alcohólicas y prefería mantenerlas lejos de mí, por ahora al menos. Todas esas personas pasaban justamente frente a mis ojos y no las reconocía, ninguna de ellas se me hacia conocida, pero por algo había recibido la invitación y debía quedarme el tiempo necesario o el que pareciera justo para poder averiguar que era lo que tenía que hacer en aquel lugar y con que razón había recibido la invitación.
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Dante X. Blade
No era ninguna sorpresa para mí que esa fiesta no fuera en absoluto divertida para mí. Pero claro, ninguna de la que los humanos montaban lo era, así que eso no era nada nuevo. Algún día tendría que organizar yo una fiesta, al estilo de los míos. Esas si que eran verdaderas fiestas en las que uno se divertía como si no hubiera mañana. Y para más de uno era así, sobre todo si entre los invitados se encontraban humanos, frágiles criaturas de usar y tirar que bien se podían usar como mascotas, solo para que nos animasen un poco la fiesta, y después deshacernos de ellos cuando ya no nos eran útiles para los fines que les habíamos planeado. Pero claro, esa fiesta no tenía nada en absoluto que ver con cualquier fiesta demoníaca, ni la más remota semejanza. Aun así, debía reconocer que tampoco estaba tan mal. Bueno, había humamos a pares, y eso siempre era interesante. El coto de caza se ampliaba más cuantas más personas hubiera, lo cual estaba genial. Que siguieran llegando, que vinieran. Cuanta más gente, más almas puras habría para elegir llevar hasta el piso de abajo. En la variedad está el gusto, o al menos, eso se decía.
Tras un rato andando entre la gente, me empecé a cansar. No había nadie especialmente interesante, solo un puñado de humanos que no hacían más que beber, comer y pasarlo bien, como solo ellos podían hacerlo en unas circunstancias tan aburridas como aquellas. Realmente hacía falta muy poco para que cayeran en la tentación: sin hacer yo nada, ya estaban cayendo en el pecado de la gula. No hacía falta que interviniera en sus vidas, ellos solos ya se condenaban al destino que les estaba reservado. Hacer que gente como aquella cayera era un esfuerzo que no merecía la pena, si iban a caer de todas formas, ¿Por qué me iba a molestar en tentarles si su futuro ya lo escribían ellos? No tenía por costumbre hacer perder mis esfuerzos en cosas que no valían la pena. Por ese motivo desprecié a todos aquellos humanos que no merecían ni una mirada mía.
Pero, como me di cuenta más tarde, no solo había humanos en aquella sala, sino que había cosas mucho más interesantes, como algunos ángeles, y también aquellos híbridos entre ángel y humano llamado “•nephilim”. Oh, vaya, eso sí que era interesante. Ellos sí que merecían mis esfuerzos para hacer que cayeran, puesto que no eran como los humanos, no caían tan fácilmente en la tentación. Eso consistía un reto, y a mí me gustaban los retos. Paseando por la sala, vi rostros conocidos, como el de la plumitas Hanna, que parecía que me seguía allá por donde iba. Era algo normal, por supuesto, sabía que nadie podía resistirse a seguirme allá donde fuera. Sin embargo, no le hice ningún caso, ya que ella para mí no era más que una molestia, y en esos momentos no quería molestarme, sino divertirme y hacerme con alguna que otra alma por el camino, si es que eso era posible, lo cual creía firmemente.
Terminado mi paseo, decidí ir hacia la barra para pedir alguna bebida al barman. Me senté junto a un hombre que despedía un aura angélica que tiraba para atrás, lo cual me sorprendió, puesto que no tenía el aspecto que solían tener los ángeles del montón. – Eh, vamos, una vez al año no hace daño.- le comenté al ver como rechazaba el tomar algo de beber, seguramente por temor a caer en el pecado de la gula por beber cuando no tenía sed. Pero lo que quisiera un ángel nunca me había detenido. Podría hacer perfectamente que aquel ángel cayera ante alguno de los pecados capitales, solo tenía que esperar y él mismo lo haría, puesto que los ángeles, al contrario de lo que pesaban, no eran mejores que nosotros, y caían igual en los pecados si uno le mostraba lo divertidos que eran.
Tras un rato andando entre la gente, me empecé a cansar. No había nadie especialmente interesante, solo un puñado de humanos que no hacían más que beber, comer y pasarlo bien, como solo ellos podían hacerlo en unas circunstancias tan aburridas como aquellas. Realmente hacía falta muy poco para que cayeran en la tentación: sin hacer yo nada, ya estaban cayendo en el pecado de la gula. No hacía falta que interviniera en sus vidas, ellos solos ya se condenaban al destino que les estaba reservado. Hacer que gente como aquella cayera era un esfuerzo que no merecía la pena, si iban a caer de todas formas, ¿Por qué me iba a molestar en tentarles si su futuro ya lo escribían ellos? No tenía por costumbre hacer perder mis esfuerzos en cosas que no valían la pena. Por ese motivo desprecié a todos aquellos humanos que no merecían ni una mirada mía.
Pero, como me di cuenta más tarde, no solo había humanos en aquella sala, sino que había cosas mucho más interesantes, como algunos ángeles, y también aquellos híbridos entre ángel y humano llamado “•nephilim”. Oh, vaya, eso sí que era interesante. Ellos sí que merecían mis esfuerzos para hacer que cayeran, puesto que no eran como los humanos, no caían tan fácilmente en la tentación. Eso consistía un reto, y a mí me gustaban los retos. Paseando por la sala, vi rostros conocidos, como el de la plumitas Hanna, que parecía que me seguía allá por donde iba. Era algo normal, por supuesto, sabía que nadie podía resistirse a seguirme allá donde fuera. Sin embargo, no le hice ningún caso, ya que ella para mí no era más que una molestia, y en esos momentos no quería molestarme, sino divertirme y hacerme con alguna que otra alma por el camino, si es que eso era posible, lo cual creía firmemente.
Terminado mi paseo, decidí ir hacia la barra para pedir alguna bebida al barman. Me senté junto a un hombre que despedía un aura angélica que tiraba para atrás, lo cual me sorprendió, puesto que no tenía el aspecto que solían tener los ángeles del montón. – Eh, vamos, una vez al año no hace daño.- le comenté al ver como rechazaba el tomar algo de beber, seguramente por temor a caer en el pecado de la gula por beber cuando no tenía sed. Pero lo que quisiera un ángel nunca me había detenido. Podría hacer perfectamente que aquel ángel cayera ante alguno de los pecados capitales, solo tenía que esperar y él mismo lo haría, puesto que los ángeles, al contrario de lo que pesaban, no eran mejores que nosotros, y caían igual en los pecados si uno le mostraba lo divertidos que eran.
Adrik L. Bahuer- #} i'm a demon
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Adrik L. Bahuer
No odiaba a los seres humanos debido a que mi misión era cuidarles, protegía a las personas que se me ordenaba y en el camino también ayudaba a las que fuera necesarias, sabía perfectamente que mi otro yo no gustaba de ayudar a las personas y cada día lo sentía más cerca, por eso había optado por hacerme más hábil y mas diestro en mis habilidades, mientras yo fuera más fuerte no le necesitaría o al menos eso pensaba, al final él, siempre aparecía y salvaba el día, en fin, no era momento para pensar en lo que estaba a punto de ocurrir o que quizás nunca ocurriría. Ya estaba dando vueltas otra vez a mis pensamientos, la verdad era una mala costumbre que había adoptado, cuando no quería pensar en algo siempre me iba por la tangente, a lo que quería llegar era que el olor en aquella sala era increíble, no por el cigarrillo o el tabaco que fumaban aquellas personas de la elite de Londres, lo verdaderamente asfixiante era el olor a pecado, jamás había estado en un lugar que oliera tanto a pecado capital, no es que me molestara, lo único que no soportaba era que luego que cometieran los pecados fueran pidiendo perdón.
Mientras miraba a las personas del lugar sentado en la barra, pude ver algunos rostros llenos de hipocresía, otros llenos de ira, envidia, la verdad los humanos eran criaturas simples que se dejaban llevar por sus emociones, la verdad es que al verlos de esta forma podía comprenderse como los demonios les seducían de forma tan sencilla y sin que se pudieran resistir. Ahora entendía porque Lucifer se había opuesto y había armado todo un alboroto, aunque no era de mi incumbencia entender este mundo, solo debía seguir órdenes y nada más.
Mientras me encontraba allí se acerco un chico, no parecía como el resto de los que estaban allí, había algo en el que le sentaba diferente pero no me pondría a analizarlo, ya bastaba con estar analizando a todas las personas del lugar, al poco tiempo mis pensamientos fueron interrumpidos por una voz que me decía que una vez al año no hacía daño, la verdad es que tenía razón pero en mi caso era diferente, podía hacer cualquier cosa menos tener que ver con el alcohol- Tienes razón, eso podría aplicarse pero digamos que no tengo buenos momento con el licor asi que prefiero tenerlo lejos- Respondí, aunque era un ángel las vivencias que había tenido eran realmente mortales y aun me perseguían, el hecho de que aquel hombre estuviera vivo era algo realmente asombroso.
-Por cierto, lamento no haberme presentado, es que no estoy acostumbrado a esto de etiqueta y todo lo demás a pesar de ser de una familia influyente, un gusto soy Dante-dije presentándome mientras extendía mi mano, la verdad es que no entendía que estaba ocurriendo, se suponía que algo iba a ocurrir o mi encuentro con aquel chico era lo que ocurría, sea como sea, no parecía que fuera como el resto de los chicos, había algo diferente en el.
Mientras miraba a las personas del lugar sentado en la barra, pude ver algunos rostros llenos de hipocresía, otros llenos de ira, envidia, la verdad los humanos eran criaturas simples que se dejaban llevar por sus emociones, la verdad es que al verlos de esta forma podía comprenderse como los demonios les seducían de forma tan sencilla y sin que se pudieran resistir. Ahora entendía porque Lucifer se había opuesto y había armado todo un alboroto, aunque no era de mi incumbencia entender este mundo, solo debía seguir órdenes y nada más.
Mientras me encontraba allí se acerco un chico, no parecía como el resto de los que estaban allí, había algo en el que le sentaba diferente pero no me pondría a analizarlo, ya bastaba con estar analizando a todas las personas del lugar, al poco tiempo mis pensamientos fueron interrumpidos por una voz que me decía que una vez al año no hacía daño, la verdad es que tenía razón pero en mi caso era diferente, podía hacer cualquier cosa menos tener que ver con el alcohol- Tienes razón, eso podría aplicarse pero digamos que no tengo buenos momento con el licor asi que prefiero tenerlo lejos- Respondí, aunque era un ángel las vivencias que había tenido eran realmente mortales y aun me perseguían, el hecho de que aquel hombre estuviera vivo era algo realmente asombroso.
-Por cierto, lamento no haberme presentado, es que no estoy acostumbrado a esto de etiqueta y todo lo demás a pesar de ser de una familia influyente, un gusto soy Dante-dije presentándome mientras extendía mi mano, la verdad es que no entendía que estaba ocurriendo, se suponía que algo iba a ocurrir o mi encuentro con aquel chico era lo que ocurría, sea como sea, no parecía que fuera como el resto de los chicos, había algo diferente en el.
Dante X. Blade- #} i'm an angel
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Dante X. Blade
Si había algo que no soportaba para nada era el humo que procedía de un cigarrillo o de un puro como el que se respiraba en el ambiente. En serio que nunca llegaría a comprender a los humanos: eran tan tontos como para destruirse a sí mismos consumiendo aquel tipo de porquería. Ellos sabían que era malo para su salud, y aun sabiendo eso, se negaban a dejarlo, estaban más que enganchados a aquella sustancia que tarde o temprano acabaría por destruirlos. Eso, entre otras cosas, confirmaba mi teoría de que los humanos eran criaturas más que estúpidas. ¿Qué otra clase de ser vivo estaba enganchado a una cosa que sabía que lo mataría? Y a mí no me importaba lo más mínimo que aquellos se mataran con sus palitos humeantes, que va. Lo que de verdad me importaba era el hecho de que me molestaban cuando soltaban su asqueroso humo al ambiente, haciendo que yo tuviera que respirar aquella sustancia asquerosa. No me preocupaba morir intoxicado por aquel humo, pero aunque para mí no fuera mortal, sí que era de lo más molesto. Y las cosas que me molestaban eran destruidas. Pero claro, no me iba a poner a destruir todo el tabaco del mundo, sería un esfuerzo demasiado grande y, además, tenía otras cosas más importantes entre manos en esos momentos.
Y lo que tenía en manos en esos momentos era el ángel que se hallaba sentado al lado mío. Para mi sorpresa no se había puesto en plan gallito, ni en plan “soy el soldado de Dios, muere maldito demonio”, como yo había supuesto que haría. Era muy extraño que un ángel se comportara de aquella manera, así que me pregunté si se traería algo entre manos. Sabía por experiencia propia que los ángeles no tenían la suficiente inteligencia como para pensar por ellos mismos, solo se limitaban a ejecutar las órdenes que su señor les mandaba, sin cuestionar nada, solo lo hacían y punto. No tenían inteligencia para planear algo por ellos mismos, por lo que llegué a la conclusión de que o aquel ángel era tan estúpido como para pensar que podría mantener una agradable conversación con un demonio o no tenía ganas para pelear con nadie en ese momento, lo cual lo hacía una presa aún más fácil con la que acabar. Pero, claro, acabar con un ángel no era divertido si antes no se le hacía caer en la tentación, para que luego su alma buena y pura acompañara a todos los humanos que no habían podido proteger de nosotros.
Alcé una ceja por el comentario del muchacho acerca de la bebida, como si ya la hubiera probado antes en su vida. Aún no conocía a ningún ángel que hubiera tomado aunque fuera una sola copa de alcohol, así que eso ya era sorprendente de por sí. ¿Es que había dado con el primer ángel borracho de la historia? - ¿Rehabilitación?- le pregunté, sabiendo que muchos humanos iban a aquello llamado “alcohólicos anónimos” en donde hacían una terapia para dejar el vicio de la bebida, aunque a mí nunca me habían gustado mucho ese tipo de terapias, pues curaban a los que nosotros corrompíamos. Claro que, si nos lo proponíamos, éramos capaces que hacer recaer a los susodichos- Venga, solo una. Prometo vigilarte y pararte si ver que te descontrolas.- le propuse, mientras alzaba una mano en el símbolo mundial de que se estaba prometiendo algo, aunque de poco valía la palabra de un demonio. En realidad lo que quería era ver como se comportaba un ángel borracho, pues nunca había visto uno, y tenía curiosidad por saber cómo sería. Claro que también era para provocar la gula en el muchacho, y si se descontrolaba mucho, siempre podía acabar con él con el mínimo esfuerzo. Si es que eran todo ventajas.
-Sí, el gusto es todo tuyo.-le solté cuando se presentó, en un tono menos borde de lo que estaba acostumbrado, y acercándose más a un tono de broma, aunque lo decía tal y como lo sentía. Pero me convenía tener un trato cordial con el muchacho, puesto que si lo tenía en mi contra no conseguiría hacerle caer en la tentación que pretendía. Bueno, si lo conseguiría, pero sería menos divertido.- ¿Dante?- pregunté cuando se presentó por su nombre.- ¿Cómo el de la Divina Comedia?- esbocé una sonrisa al encontrar similitud entre el nombre de aquel ángel y el personaje de ficción que baja a los infiernos para encontrar a su amada. – Esperemos que no compartas el destino que ese personaje, ¿no?- comenté con una sonrisa, divertido por aquel delicioso chiste, pues aquel Dante, igual que el del libro, también iba a hacer un viaje al infierno, aunque el final de la obra no sería igual que el final de aquel ángel – Mi nombre es Adrik, encantado.- le dije. Al saber mentir tan bien podía decir perfectamente “encantado” sin que sonara demasiado forzado o sonara a la mentira que era. Bueno, tampoco tanto. Es cierto que no me desagradaba el haber conocido a aquel ángel. Un ángel borracho al que puedes hacer caer sin necesidad de pelear por ello…. ¿Qué demonio no estaría encantado de conocerle?
Y lo que tenía en manos en esos momentos era el ángel que se hallaba sentado al lado mío. Para mi sorpresa no se había puesto en plan gallito, ni en plan “soy el soldado de Dios, muere maldito demonio”, como yo había supuesto que haría. Era muy extraño que un ángel se comportara de aquella manera, así que me pregunté si se traería algo entre manos. Sabía por experiencia propia que los ángeles no tenían la suficiente inteligencia como para pensar por ellos mismos, solo se limitaban a ejecutar las órdenes que su señor les mandaba, sin cuestionar nada, solo lo hacían y punto. No tenían inteligencia para planear algo por ellos mismos, por lo que llegué a la conclusión de que o aquel ángel era tan estúpido como para pensar que podría mantener una agradable conversación con un demonio o no tenía ganas para pelear con nadie en ese momento, lo cual lo hacía una presa aún más fácil con la que acabar. Pero, claro, acabar con un ángel no era divertido si antes no se le hacía caer en la tentación, para que luego su alma buena y pura acompañara a todos los humanos que no habían podido proteger de nosotros.
Alcé una ceja por el comentario del muchacho acerca de la bebida, como si ya la hubiera probado antes en su vida. Aún no conocía a ningún ángel que hubiera tomado aunque fuera una sola copa de alcohol, así que eso ya era sorprendente de por sí. ¿Es que había dado con el primer ángel borracho de la historia? - ¿Rehabilitación?- le pregunté, sabiendo que muchos humanos iban a aquello llamado “alcohólicos anónimos” en donde hacían una terapia para dejar el vicio de la bebida, aunque a mí nunca me habían gustado mucho ese tipo de terapias, pues curaban a los que nosotros corrompíamos. Claro que, si nos lo proponíamos, éramos capaces que hacer recaer a los susodichos- Venga, solo una. Prometo vigilarte y pararte si ver que te descontrolas.- le propuse, mientras alzaba una mano en el símbolo mundial de que se estaba prometiendo algo, aunque de poco valía la palabra de un demonio. En realidad lo que quería era ver como se comportaba un ángel borracho, pues nunca había visto uno, y tenía curiosidad por saber cómo sería. Claro que también era para provocar la gula en el muchacho, y si se descontrolaba mucho, siempre podía acabar con él con el mínimo esfuerzo. Si es que eran todo ventajas.
-Sí, el gusto es todo tuyo.-le solté cuando se presentó, en un tono menos borde de lo que estaba acostumbrado, y acercándose más a un tono de broma, aunque lo decía tal y como lo sentía. Pero me convenía tener un trato cordial con el muchacho, puesto que si lo tenía en mi contra no conseguiría hacerle caer en la tentación que pretendía. Bueno, si lo conseguiría, pero sería menos divertido.- ¿Dante?- pregunté cuando se presentó por su nombre.- ¿Cómo el de la Divina Comedia?- esbocé una sonrisa al encontrar similitud entre el nombre de aquel ángel y el personaje de ficción que baja a los infiernos para encontrar a su amada. – Esperemos que no compartas el destino que ese personaje, ¿no?- comenté con una sonrisa, divertido por aquel delicioso chiste, pues aquel Dante, igual que el del libro, también iba a hacer un viaje al infierno, aunque el final de la obra no sería igual que el final de aquel ángel – Mi nombre es Adrik, encantado.- le dije. Al saber mentir tan bien podía decir perfectamente “encantado” sin que sonara demasiado forzado o sonara a la mentira que era. Bueno, tampoco tanto. Es cierto que no me desagradaba el haber conocido a aquel ángel. Un ángel borracho al que puedes hacer caer sin necesidad de pelear por ello…. ¿Qué demonio no estaría encantado de conocerle?
Adrik L. Bahuer- #} i'm a demon
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Adrik L. Bahuer
Alcohólicos, Asesinos en serie, drogadictos, violadores, maniáticos y toda clase de sub-categoría que pudieran desarrollar los humanos, todos ellos eran culpables de sus propios estados, algunos de ellos nacían con las mentes débiles y no eran capaces de tomar decisiones por sí mismo, pero había otros que lo hacían solo por llevar la contraria o por placer, en la actualidad era asombroso el numero de chicas menores de edad que se introducían a las drogas, al vicio, al juego o peor aún, salían embarazadas y practicaban abortos que les costaban su propia vida, la verdad los seres humanos habían sido enviados a la tierra para que la poblaran y para que fueran felices en ella, y en la actualidad lo que hacen en la actualidad es lo contrario, buscan solo problemas, se asesinan entre ellos, destruyen lo que se les entrego y se dejan llevar por sus más oscuros instintos, avaricia, codicia, ambición, egoísmo, todo eso forma parte del día a día de cada uno de ellos sin importar cuánto se intente, ellos siempre albergarían alguna clase de oscuridad de la cual no podrían renegar.
Pero pasaba lo contrario con el chico junto a mí, aunque podía ver y sentir la oscuridad en el corazón de las personas, debido a que era el trabajo de los ángeles intentar purificar los corazones de los humanos, en el caso de ese chico yo era incapaz de ver mas allá de lo que me mostraban mis ojos, no era capaz de entrar a su mente, de sentir hostilidad ni nada por el estilo, era como estar mirando la nada, era la primera vez que alguien provocaba en mi tanta curiosidad, la verdad no entendía muy bien que era lo que ocurría, sería mi encuentro con aquel sujeto lo que se suponía que debía ocurrir cuando recibí la invitación, había aprendido que en este mundo no había nada que ocurriera por coincidencia ni casualidad, eso no existía, solo existía lo inevitables y cada encuentro tenía un significado, la cuestión era encontrar el significado de este encuentro, pero sería aburrido ponerse a pensar en cada significado de todos los encuentros, como decía un sabio “Carpe Diem” hay que vivir el momento.
-No, jamás he estado allí, lo digo por mi padre, el era alcohólico por eso digo que no tengo muy buenos recuerdos del alcohol y no soy adepto al tabaco o a cualquier otra de esas cosas-dije en respuesta cuando pregunto que si había ido a rehabilitación, ojala mi padre o aquel hombre que se hacía llamar mi padre, hubiese decidido ir a Rehabilitación y asi poder evitar todo esos líos, aunque cuando supe que estaba vivo, cada vez sospechaba mas que no se trataba de un humano, esto lo comencé a sospechar cuando me dijeron que yo era un Angel, la verdad es que él nunca me dio buena espina pero lo pase porque era mi padre.–Es muy buena vuestra proposición; pero creo que pasare por ahora, de todas formas la noche es joven, quizás dentro de un rato acepte vuestra oferta-Comente mientras él hablaba acerca de Dante de la divina comedia, era una de mis obras favoritas, al igual que la Ilíada, asi que el chico conocía de la divina comedia, todo se tornaba interesante, eran pocas las personas que gustaban de lecturas como la Divina Comedia.
-Esperemos que asi sea, aunque es un personaje más interesante de lo que parece, pocos son capaces de dar la vida por lo que quieren-dije cuando el hablo acerca de que si compartiría el mismo destino que Dante, quizás ocurra o quizás ni siquiera se asemeje, solo debía esperar a que llegara y resolverlo. –Pues es bueno conocerte Adrik, pareces diferente tal resto de las personas que vinieron a la fiesta, odias también el humo del tabaco y las habladurías de los viejos avariciosos o simplemente viniste a alejarte de todos?-pregunte en tono calmado, seguía intrigándome el hecho de que no pudiera ver mas allá, que no pudiera leer su mente, sentir parte de sus emociones, era realmente interesante.
Pero pasaba lo contrario con el chico junto a mí, aunque podía ver y sentir la oscuridad en el corazón de las personas, debido a que era el trabajo de los ángeles intentar purificar los corazones de los humanos, en el caso de ese chico yo era incapaz de ver mas allá de lo que me mostraban mis ojos, no era capaz de entrar a su mente, de sentir hostilidad ni nada por el estilo, era como estar mirando la nada, era la primera vez que alguien provocaba en mi tanta curiosidad, la verdad no entendía muy bien que era lo que ocurría, sería mi encuentro con aquel sujeto lo que se suponía que debía ocurrir cuando recibí la invitación, había aprendido que en este mundo no había nada que ocurriera por coincidencia ni casualidad, eso no existía, solo existía lo inevitables y cada encuentro tenía un significado, la cuestión era encontrar el significado de este encuentro, pero sería aburrido ponerse a pensar en cada significado de todos los encuentros, como decía un sabio “Carpe Diem” hay que vivir el momento.
-No, jamás he estado allí, lo digo por mi padre, el era alcohólico por eso digo que no tengo muy buenos recuerdos del alcohol y no soy adepto al tabaco o a cualquier otra de esas cosas-dije en respuesta cuando pregunto que si había ido a rehabilitación, ojala mi padre o aquel hombre que se hacía llamar mi padre, hubiese decidido ir a Rehabilitación y asi poder evitar todo esos líos, aunque cuando supe que estaba vivo, cada vez sospechaba mas que no se trataba de un humano, esto lo comencé a sospechar cuando me dijeron que yo era un Angel, la verdad es que él nunca me dio buena espina pero lo pase porque era mi padre.–Es muy buena vuestra proposición; pero creo que pasare por ahora, de todas formas la noche es joven, quizás dentro de un rato acepte vuestra oferta-Comente mientras él hablaba acerca de Dante de la divina comedia, era una de mis obras favoritas, al igual que la Ilíada, asi que el chico conocía de la divina comedia, todo se tornaba interesante, eran pocas las personas que gustaban de lecturas como la Divina Comedia.
-Esperemos que asi sea, aunque es un personaje más interesante de lo que parece, pocos son capaces de dar la vida por lo que quieren-dije cuando el hablo acerca de que si compartiría el mismo destino que Dante, quizás ocurra o quizás ni siquiera se asemeje, solo debía esperar a que llegara y resolverlo. –Pues es bueno conocerte Adrik, pareces diferente tal resto de las personas que vinieron a la fiesta, odias también el humo del tabaco y las habladurías de los viejos avariciosos o simplemente viniste a alejarte de todos?-pregunte en tono calmado, seguía intrigándome el hecho de que no pudiera ver mas allá, que no pudiera leer su mente, sentir parte de sus emociones, era realmente interesante.
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Dante X. Blade
Por lo que parecía, a aquella fiesta había acudido lo mejorcito de todo Londres, demasiada buena gente para que yo solo pudiera ocuparme de todos ellos. Claro que dentro de cada corazón puro se ocultaba algo de oscuridad, aunque fuera una minúscula parte, y si se daba con ella, se podía potenciar para hacer que esa pequeña oscuridad creciese y se desarrollase, engullendo por completo toda la bondad que pudiera haber en ese corazón humano. Y tampoco es que hiciera falta una gran intervención demoníaca para aflorar la oscuridad de un corazón, pues todos ellos lo hacían tarde o temprano. Y la cuestión era que, después de que la oscuridad devora tu corazón, no se puede volver atrás. No se puede recuperar la bondad de antes después de haber cometido tantos pecados, y si se hace, queda grabado a fuego en la conciencia todos los males comentidos en el pasado, jurando no volver a cometerlos en la vida, por miedo a acabar en donde nadie quiere después de morir. Pero los humanos son débiles, y siempre vuelven a cometer esos pecados, una y otra vez, una y otra vez. Al final, eran ellos mismos quienes decidían el destino que les correspondía, aunque claro, nosotros les hacíamos tomar un atajo prematuro para llegar a ese final. Para que luego nos tacharan de malos. ¿Los humanos no buscaban siempre atajos para llegar mas rápidamente a los sitios? Pues nosotros les facilitábamos ese trabajo. Luego que no se quejaran de lo que ellos mismos se habían buscado.
Me pregunté a mi mismo qué pasaría si ahora mismo emprendía una acción violenta contra todos los que se encontraban en la sala. Sería algo fácil, puesto que aunque había unos cuantos angelitos por allí, no pensaba que fuera un problema excesivo, ya que los pillaría de sorpresa. Además, uno de ellos era el ángel que tenía a mi lado, que no parecía enterarse muy bien de lo que pasaba ni de que clase de criatura estaba a su lado, hablando tranquilamente como si no fueramos enemigos desde toda la eternidad. Sería un enemigo muy fácil de abatir, a pesar de que parecía fuerte. Pero ni toda la fuerza del mundo sirve para algo si no se sabe usar, o si no le dan tiempo a usarla. Sería tan fácil hacer eso....pero no podía hacerlo, antes quería comprobar si era capaz de corromper a aquel ángel como había hecho tantas veces con gente como él. Además, toavía no había tomado ni siquiera una triste copa. ¿Qué clase de fiesta era esa si teminaba sin que hubiera tomado algo de alcohol, aunque fuera de ese tan malo que los humanos tenían?
Las palabras que dijo después el muchacho me dejaron desconcentrado. ¿Su padre,
alcohólico? ¿No se suponía que todos los ángeles eran hijos de Dios? No niego que algunas cosas que había hecho el de arriba parecían producto de una gran ingesta de alcohol, de acuedo, pero nunca habría creído oír a un ángel decir esas cosas acerca de su padre. Lo que me dejaba dos alternativas: una, que fuera un ángel que, por la razón que fuera, odiara tanto a Dios como para decirle que era un borracho por toda la cara, o la segunda, que ese ángel pensara que tenía un padre, uno de verdad, humano. Con la segunda idea sus palabras cuadraban, porque los humanos si que eran propensos a cogerse grandes borracheras cuando les venía en gana. Aunque claro, yo también lo harái si tuviera que soportar a un ángel como hijo. Me pregunté como serái posible aquello, como podía pensar un ángel que tenía un padre humano. ¿Acaso alguien lo había confundido de manera que pensara eso? ¿Sabía el muchacho que él era un ángel? Tal vez por eso mi presencia no le inquietara, porque no supiera lo que yo era. Al principio es muy difícil distinguir a un humano de una criatura como un ángel o un demonio, pero cuando llevabas tanto tiempo como yo en el negocio, los reconoces a la legua. Podría ser que él fuera un ángel tan jóven que apenas reconociera las criaturas, o tal vez pasar tanto tiempo con los humanos había atrofiado sus sentidos angelicales. No podía estar seguro de ninguna de las dos teorías, pero tenía claro que resolvería aquel rompecabezas.
-Vaya, lo siento.-comenté como si lo sintiera de verdad.- A veces no tenemos la clase de padres que nos gustaría, ¿no?.- dije, como si realmente compartiera con él el dolor de tener un padre que no cumple lo que un hijo piensa que debe ser un padre. En realidad, yo no tenía ningún problema con mi padre, principalmente porque no tenía ninguno. Todos los demonios eramos creados por Lucifer, así que podría decirse que ese era nuestro padre. Bueno, pues tampoco me iba a quejar por ello. Al menos, él si que nos dejaba divertirnos, no como el padre de los ángeles, que nunca los dejaba salir a jugar. - Como quieras.- le contesté, encogiéndome de hombros al ver que el ángel negaba el tomar algún tipo de bebida. No pasaba nada, si no quería pecar con la gula, había un montón de pecados mas en los que podía hacerle caer. Además, como él mismo había dicho, la noche era jóven. Tal vez después de un rato pudiera convencerlo para que se uniese al club de los angelitos caídos. -Espero que no te importe que yo tome un poco.- repuse, mientras llamaba al camarero sin esperar su respuesta, pues no me interesaba lo mas mínimo si le importaba o no. Tenía muy claro que un ángel no iba a impedir que yo bebiese, por muy abstemio que fuera mi acompañante - Pongame un martini, por favor.- le pedí al camarero, con una afable sonrisa en el rostro. Puaj, ¿por favor y sonrisa? Mas valía que el alma de aquel ángel valiese lo que estaba costando conseguirla.- Y para él...¿un refresco? .-miré al muchacho.- Vamos, que eso no tiene alcohol. No me digas que no tienes la garganta un poco reseca.- Al menos, si no quería beber nada con alcohol, que bebiera algo. Y si no quería, pues peor para él. Moriría con la garganta seca. Con lo que me esforzaba yo para que estuviera a gusto cuando muriera, si lo denegaba ya era cosa suya.
-Es verdad que hay pocos que harían eso.- afirmé ante su comentario acerca de su tocayo literario.- Hay pocos Dantes en la actualidad....aunque, claro, también hay pocas Beatrices.- comenté, haciendo referencia a la mujer por la que Dante se arriesga a bajar hasta los infiernos, su amada Beatriz. Junto al problema de que hay pocas personas como Dante lo suficientemente valientes como para atreverse a bajar allí, estaba el problema de que había también pocas personas como Beatriz, pocas personas buenas que merecían que se arriesgaran por ellas de esa manera. Sonreí cuando dijo que no era como los demás de los que estaban en la fiesta. Si supiera la razón de eso tal vez no sería tan bueno conocerme, como me había dicho unos segundos antes. - Un poco de las dos cosas, si.- le respondí, arrugando la nariz en un gesto asqueado cuando mencionó el humo del tacabo. Comprobado, no sabía que clase de criatura era yo: si lo supiera, ya habría hecho algún tipo de comentario mordaz sobre lo raro que era que a un demonio no le gustase el humo.- Podría decirse que vengo escapando a un sitio mas tranquilo dentro de la fiesta, lejos de la aglomeración...odio los ambientes tan cargados como ese.-le dije, señanado a la fiesta que se desarrollaba en toda la sala. A decir verdad nunca me había importado si había mucha aglomeración o no en una fiesta, de hecho no estaban nada mal, pero por supuesto no era ningún animal que le gustara irse restregando contra la gente como si fuera un ser incivilizado, como de hecho lo eran los propios humanos.- Deduzco por ese "también" que esas cosas tampoco son de tu agrado.- lo cual era normal, por otra parte. A pocos ángeles les gustaba inhalar el aroma del tabaco, aunque había conocido a un par que sí lo apreciaban, pero esas no eran mas que las excepciones que confirmaban la regla.
Me pregunté a mi mismo qué pasaría si ahora mismo emprendía una acción violenta contra todos los que se encontraban en la sala. Sería algo fácil, puesto que aunque había unos cuantos angelitos por allí, no pensaba que fuera un problema excesivo, ya que los pillaría de sorpresa. Además, uno de ellos era el ángel que tenía a mi lado, que no parecía enterarse muy bien de lo que pasaba ni de que clase de criatura estaba a su lado, hablando tranquilamente como si no fueramos enemigos desde toda la eternidad. Sería un enemigo muy fácil de abatir, a pesar de que parecía fuerte. Pero ni toda la fuerza del mundo sirve para algo si no se sabe usar, o si no le dan tiempo a usarla. Sería tan fácil hacer eso....pero no podía hacerlo, antes quería comprobar si era capaz de corromper a aquel ángel como había hecho tantas veces con gente como él. Además, toavía no había tomado ni siquiera una triste copa. ¿Qué clase de fiesta era esa si teminaba sin que hubiera tomado algo de alcohol, aunque fuera de ese tan malo que los humanos tenían?
Las palabras que dijo después el muchacho me dejaron desconcentrado. ¿Su padre,
alcohólico? ¿No se suponía que todos los ángeles eran hijos de Dios? No niego que algunas cosas que había hecho el de arriba parecían producto de una gran ingesta de alcohol, de acuedo, pero nunca habría creído oír a un ángel decir esas cosas acerca de su padre. Lo que me dejaba dos alternativas: una, que fuera un ángel que, por la razón que fuera, odiara tanto a Dios como para decirle que era un borracho por toda la cara, o la segunda, que ese ángel pensara que tenía un padre, uno de verdad, humano. Con la segunda idea sus palabras cuadraban, porque los humanos si que eran propensos a cogerse grandes borracheras cuando les venía en gana. Aunque claro, yo también lo harái si tuviera que soportar a un ángel como hijo. Me pregunté como serái posible aquello, como podía pensar un ángel que tenía un padre humano. ¿Acaso alguien lo había confundido de manera que pensara eso? ¿Sabía el muchacho que él era un ángel? Tal vez por eso mi presencia no le inquietara, porque no supiera lo que yo era. Al principio es muy difícil distinguir a un humano de una criatura como un ángel o un demonio, pero cuando llevabas tanto tiempo como yo en el negocio, los reconoces a la legua. Podría ser que él fuera un ángel tan jóven que apenas reconociera las criaturas, o tal vez pasar tanto tiempo con los humanos había atrofiado sus sentidos angelicales. No podía estar seguro de ninguna de las dos teorías, pero tenía claro que resolvería aquel rompecabezas.
-Vaya, lo siento.-comenté como si lo sintiera de verdad.- A veces no tenemos la clase de padres que nos gustaría, ¿no?.- dije, como si realmente compartiera con él el dolor de tener un padre que no cumple lo que un hijo piensa que debe ser un padre. En realidad, yo no tenía ningún problema con mi padre, principalmente porque no tenía ninguno. Todos los demonios eramos creados por Lucifer, así que podría decirse que ese era nuestro padre. Bueno, pues tampoco me iba a quejar por ello. Al menos, él si que nos dejaba divertirnos, no como el padre de los ángeles, que nunca los dejaba salir a jugar. - Como quieras.- le contesté, encogiéndome de hombros al ver que el ángel negaba el tomar algún tipo de bebida. No pasaba nada, si no quería pecar con la gula, había un montón de pecados mas en los que podía hacerle caer. Además, como él mismo había dicho, la noche era jóven. Tal vez después de un rato pudiera convencerlo para que se uniese al club de los angelitos caídos. -Espero que no te importe que yo tome un poco.- repuse, mientras llamaba al camarero sin esperar su respuesta, pues no me interesaba lo mas mínimo si le importaba o no. Tenía muy claro que un ángel no iba a impedir que yo bebiese, por muy abstemio que fuera mi acompañante - Pongame un martini, por favor.- le pedí al camarero, con una afable sonrisa en el rostro. Puaj, ¿por favor y sonrisa? Mas valía que el alma de aquel ángel valiese lo que estaba costando conseguirla.- Y para él...¿un refresco? .-miré al muchacho.- Vamos, que eso no tiene alcohol. No me digas que no tienes la garganta un poco reseca.- Al menos, si no quería beber nada con alcohol, que bebiera algo. Y si no quería, pues peor para él. Moriría con la garganta seca. Con lo que me esforzaba yo para que estuviera a gusto cuando muriera, si lo denegaba ya era cosa suya.
-Es verdad que hay pocos que harían eso.- afirmé ante su comentario acerca de su tocayo literario.- Hay pocos Dantes en la actualidad....aunque, claro, también hay pocas Beatrices.- comenté, haciendo referencia a la mujer por la que Dante se arriesga a bajar hasta los infiernos, su amada Beatriz. Junto al problema de que hay pocas personas como Dante lo suficientemente valientes como para atreverse a bajar allí, estaba el problema de que había también pocas personas como Beatriz, pocas personas buenas que merecían que se arriesgaran por ellas de esa manera. Sonreí cuando dijo que no era como los demás de los que estaban en la fiesta. Si supiera la razón de eso tal vez no sería tan bueno conocerme, como me había dicho unos segundos antes. - Un poco de las dos cosas, si.- le respondí, arrugando la nariz en un gesto asqueado cuando mencionó el humo del tacabo. Comprobado, no sabía que clase de criatura era yo: si lo supiera, ya habría hecho algún tipo de comentario mordaz sobre lo raro que era que a un demonio no le gustase el humo.- Podría decirse que vengo escapando a un sitio mas tranquilo dentro de la fiesta, lejos de la aglomeración...odio los ambientes tan cargados como ese.-le dije, señanado a la fiesta que se desarrollaba en toda la sala. A decir verdad nunca me había importado si había mucha aglomeración o no en una fiesta, de hecho no estaban nada mal, pero por supuesto no era ningún animal que le gustara irse restregando contra la gente como si fuera un ser incivilizado, como de hecho lo eran los propios humanos.- Deduzco por ese "también" que esas cosas tampoco son de tu agrado.- lo cual era normal, por otra parte. A pocos ángeles les gustaba inhalar el aroma del tabaco, aunque había conocido a un par que sí lo apreciaban, pero esas no eran mas que las excepciones que confirmaban la regla.
Adrik L. Bahuer- #} i'm a demon
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Adrik L. Bahuer
Corrupción, esa era la palabra con la que podría definirse a las personas que se encontraban en aquella fiesta, todos tenían ennegrecido el corazón ya fuera por codicia o por avaricia, desde políticos hasta civiles, yo no llevaba mucho tiempo en esto de ser ángel y toda la cosa, apenas y estaba conociendo la inmortalidad pero era capaz de entender cosas que los demás no, aunque también podría deberse a aquella cosa que se hace llamar mis instintos, no recuerdo mucho cuando el toma el control, lo único que viene a mi mente es la frase “Cuando la vida toma el control la carne aflora, cuando la muerte toma el control se vuelve huesos”. Buscarle un significado a esas palabras era bastante difícil, la verdad es que incluso había cosas en este mundo de los ángeles que no entendía, después de todo no tenía un maestro y debía aprenderlo a mi manera, lo que si entendía perfectamente era que mi batalla con los demonios solo se llevaba a cabo con un sentido, acabar con ellos si se entrometían en mis misiones o tenían la intención de lastimar a alguien.
Escuche al chico disculparse por lo de aquel hombre, desde niño había sentido que no era su hijo y si él sabía lo que era yo, entonces su odio estaba justificado-No te preocupes, a decir verdad lo llamo padre porque no me queda de otra, la verdad es que no es mi padre biológico, nos cambiaron cuando nacimos, es una historia un tanto fantasiosa pero es real-
dije mirándole, la mayoría de las personas sabían acerca de mi, lo que no sabían era si mi padrastro o mi padre era un demonio o alguna criatura sobrenatural- Claro que no adelante, y con respecto al refresco no tengo problema, si llegara a negarlo serian mas negaciones de las que he dicho en una noche normal-
dije aceptando su oferta, pero había algo en el que no terminaba de encajar del todo, no sabía perfectamente lo que era.
Todo comenzó a complicarse con la aparición de Él, asi lo llamaba, podría decirse que yo un ángel sufría de un trastorno de personalidad múltiple, asi lo llamo el doctor que atendía a los humanos, resulta que esa otra personalidad eran mis instintos, esa personalidad era alguien mucho mas frio, más arrogante y mas deseoso de sangre demoniaca, algo extraño para un ángel, el problema erradicaba que justo allí donde estaba sentado, esa personalidad comenzó a aparecer, podría decirse que no tomo el control solo comenzó a torturarme esa vocecita que parecía una conciencia. – Tienes razón, no es de mi gusto el humo del tabaco ni nada de eso, ahora volviendo al tema de que hay pocas Beatrice y muy pocos Dantes, tienes toda la razón…En este mundo hay muy pocas personas que valga la pena salvarles, la mayoría simplemente debería desaparecer, no es asi señor Demonio-
dije mirándole, en ese momento ya mis ojos habían cambiado por completo, seguía siendo yo, solo que mis instintos habían tomado el control.
-Has hecho buen trabajo engañando al idiota de Dante, la verdad es que jamás había visto a alguien tan noble como el no darse cuenta de quién eres a pesar de ser el, lo que es-
explico mientras tomaba el refresco, el problema con mis “Instintos”, era que aunque yo estaba consciente no recordaba mayormente lo que ocurría, era una especie de laguna, por eso se me hacia tan familiar que al intentar leer a aquel chico, todo pareciera un agujero negro.
Escuche al chico disculparse por lo de aquel hombre, desde niño había sentido que no era su hijo y si él sabía lo que era yo, entonces su odio estaba justificado-No te preocupes, a decir verdad lo llamo padre porque no me queda de otra, la verdad es que no es mi padre biológico, nos cambiaron cuando nacimos, es una historia un tanto fantasiosa pero es real-
dije mirándole, la mayoría de las personas sabían acerca de mi, lo que no sabían era si mi padrastro o mi padre era un demonio o alguna criatura sobrenatural- Claro que no adelante, y con respecto al refresco no tengo problema, si llegara a negarlo serian mas negaciones de las que he dicho en una noche normal-
dije aceptando su oferta, pero había algo en el que no terminaba de encajar del todo, no sabía perfectamente lo que era.
Todo comenzó a complicarse con la aparición de Él, asi lo llamaba, podría decirse que yo un ángel sufría de un trastorno de personalidad múltiple, asi lo llamo el doctor que atendía a los humanos, resulta que esa otra personalidad eran mis instintos, esa personalidad era alguien mucho mas frio, más arrogante y mas deseoso de sangre demoniaca, algo extraño para un ángel, el problema erradicaba que justo allí donde estaba sentado, esa personalidad comenzó a aparecer, podría decirse que no tomo el control solo comenzó a torturarme esa vocecita que parecía una conciencia. – Tienes razón, no es de mi gusto el humo del tabaco ni nada de eso, ahora volviendo al tema de que hay pocas Beatrice y muy pocos Dantes, tienes toda la razón…En este mundo hay muy pocas personas que valga la pena salvarles, la mayoría simplemente debería desaparecer, no es asi señor Demonio-
dije mirándole, en ese momento ya mis ojos habían cambiado por completo, seguía siendo yo, solo que mis instintos habían tomado el control.
-Has hecho buen trabajo engañando al idiota de Dante, la verdad es que jamás había visto a alguien tan noble como el no darse cuenta de quién eres a pesar de ser el, lo que es-
explico mientras tomaba el refresco, el problema con mis “Instintos”, era que aunque yo estaba consciente no recordaba mayormente lo que ocurría, era una especie de laguna, por eso se me hacia tan familiar que al intentar leer a aquel chico, todo pareciera un agujero negro.
Dante X. Blade- #} i'm an angel
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Dante X. Blade
Desde luego, si la finalidad de aquella fiesta era divertirme, lo estaba haciendo francamente mal. Ahí estaba yo, sentando en la barra hablando pacíficamente con un angelito. ¿Desde cuando se había visto que alguien como yo hablara pacíficamente con alguien como él? Lo que era habitual en esos casos era entablar un combate a muerte,si se estaba solo, y si no se podía hacer tal cosa, aquellas dos personas que tanto se odiaban por naturaleza se limitaban a intercambiar comentarios ácidos y no muy amables el uno con el otro. Pero ninguna de esas dos cosas estaba pasando, sino que la conversación derivaba en temas insustanciosos como los que solían tener los humanos, aquellos diálogos sin sentido que no llevaban a ninguna parte y que solo tenían como finalidad aliviar la profunda soledad que embargaba a quien tan desesperadamente buscaba alguna compañía para hablar. Me pregunté, una vez mas, por la razón de ser de aquel muchacho, que según parecía ignoraba lo que yo era, incluso me atrevería a decir que tal vez ignorara lo que él era. Aunque no me podía explicar como podía ser eso. ¿No eran entrenados los ángeles en el cielo para ser los soldados de Dios?¿Como era posible que uno de ellos no conociese su origen cuando debería haber estado en la academia militar del de arriba? Tal vez hubiera perdido su memoria, y con ella, todos sus recuerdos...o quizás jamás había recibido ese entrenamiento en el cielo. Un ángel desentrenado significaba una víctima más fácil para alguien como yo. Yo tenía experiencia en combate, pero él parecía carecer de ella por completo. Estaba seguro de que, en un combate entre ambos, yo saldría ganador por goleada. Aunque pelear con un ángel sin preparación para el combate no era nada emocionante, al menos sería algo sencillo de hacer. Aunque tal vez no hiciera falta ni siquiera pelear. Si tan confiado era, no haría falta entablar un combate para matarlo. Había otras formas mas sutiles para acabar con alguien, sobre todo con aquel que no se lo espera.
Agradecí con una inclinación de cabeza la bebida que el camarero me traía, junto con el refresco sin alcohol del mojigato que tenía al lado. Mientras cogía entre mis manos la delicada copa estaba escuchando como aquel ángel me contaba su pequeño drama familiar mas propio de una telenovela de la televisión que de la vida real. Sin embargo, eso explicaba muchas cosas. Parecía que se había criado con una familia humana, con lo que podía comprender la causa de que no reconociera lo que yo era. Seguramente si se encontrara con cualquier ángel o demonio tampoco lo hubiera reconocido. Tal vez le hubieran llamado la atención, pero hasta allí llegaría la cosa. Puede que incluso no supiera que formaba parte de la ancestral guerra que se llevaba librando desde hacía tanto tiempo. Sin embargo, lo era. Y si no se daba cuenta pronto, lo mas probable es que acabara muerto en un callejón a manos de un demonio menor que habría visto una oportunidad de oro para acabar con uno de sus enemigos. Y a mi no me apenaba su muerte, que va. Pero no iba a tolerar que acabara muerto por un demonio de poca monta, no. Lo mataría yo mismo, con mis propias manos. Debería sentirse honrado, pues era todo un lujo que acabara con él yo en persona. Tal vez él no se diera cuenta, pero le estaba haciendo un gran favor acabando esa noche con su vida.
Seguí perdido en mis pensamientos, pero algo hizo que volviera de repente a la realidad. La conversación hasta ahora había ido por terrenos normales, pero de repente, el tono de la voz del ángel cambió. Al igual que sus ojos, como pude comprobar cuando lo miré de nuevo. Fruncí el entrecejo, desconcentrado por el desarrollo de los acontecimientos. Y había muy pocas cosas capaz de hacer que me sorprendiera, así que ese ángel podría perfectamente darse por satisfecho con ello. Sin embargo, era un cambio demasiado radical para una persona normal en tan poco tiempo. ¿Que pasaba, es que el tipo era bipolar o que? A ver si estaba frente al primer ángel con trastornos de personalidad de la historia. Y parecía que aquella versión del ángel si que sabía lo que yo era. -Pero, ¿que c**o?.- le dije, mirándole con los ojos entrecerrados, soltando una palabrota algo impropia del lugar en el que nos encontrábamos. -¿Estás jugando conmigo?.-le pregunté con el ceño fruncido, mirando al ser que momentos antes era un ángel perdido en el mundo sobrenatural, pero que ahora parecía saber completamente todo sobre ello, hasta lo que yo era.- ¿O es que eres bipolar?.-comenté, lo que bien podría haber sido cierto. Si el chico en cuestión se había criado con humanos, bien podría haber compartido alguna de sus dolencias, como era el trastorno de la personalidad múltiple.
-A decir verdad, no ha sido nada difícil engañarle.- murmuré con cautela, sin saber como manejar la situación. Según estaba hablando ahora mismo, parecía como si no fuera el ángel con el que hablaba antes, pues hablaba de él como si fuera otra persona distinta. Quería decir eso, por tanto que parecía haber desarrollado una personalidad múltiple. Curioso. - ¿Acaso es que es primerizo en ésto?.- le pregunté a esa personalidad cuando dijo que Dante era tan noble como para no darse cuenta de lo que era yo, con lo cual estaba totalmente de acuerdo.- Eres el señor Hyde, supongo.- le dije, saludando de esa manera a lo que parecía una parte diferente del ángel, comparándolo así con aquel relato de ficción del doctor Jekyll y mister Hyde, en el que el hombre tan bueno como aquel doctor desarrollaba la segunda personalidad malvada de Hyde, la cual a mi me parecía mejor que la personalidad original del doctor. Me pregunté si aquel con el que estaba hablando en aquel momento sería el señor Hyde de Dante. Si era así, creo que me iba a caer mejor que el original.
Agradecí con una inclinación de cabeza la bebida que el camarero me traía, junto con el refresco sin alcohol del mojigato que tenía al lado. Mientras cogía entre mis manos la delicada copa estaba escuchando como aquel ángel me contaba su pequeño drama familiar mas propio de una telenovela de la televisión que de la vida real. Sin embargo, eso explicaba muchas cosas. Parecía que se había criado con una familia humana, con lo que podía comprender la causa de que no reconociera lo que yo era. Seguramente si se encontrara con cualquier ángel o demonio tampoco lo hubiera reconocido. Tal vez le hubieran llamado la atención, pero hasta allí llegaría la cosa. Puede que incluso no supiera que formaba parte de la ancestral guerra que se llevaba librando desde hacía tanto tiempo. Sin embargo, lo era. Y si no se daba cuenta pronto, lo mas probable es que acabara muerto en un callejón a manos de un demonio menor que habría visto una oportunidad de oro para acabar con uno de sus enemigos. Y a mi no me apenaba su muerte, que va. Pero no iba a tolerar que acabara muerto por un demonio de poca monta, no. Lo mataría yo mismo, con mis propias manos. Debería sentirse honrado, pues era todo un lujo que acabara con él yo en persona. Tal vez él no se diera cuenta, pero le estaba haciendo un gran favor acabando esa noche con su vida.
Seguí perdido en mis pensamientos, pero algo hizo que volviera de repente a la realidad. La conversación hasta ahora había ido por terrenos normales, pero de repente, el tono de la voz del ángel cambió. Al igual que sus ojos, como pude comprobar cuando lo miré de nuevo. Fruncí el entrecejo, desconcentrado por el desarrollo de los acontecimientos. Y había muy pocas cosas capaz de hacer que me sorprendiera, así que ese ángel podría perfectamente darse por satisfecho con ello. Sin embargo, era un cambio demasiado radical para una persona normal en tan poco tiempo. ¿Que pasaba, es que el tipo era bipolar o que? A ver si estaba frente al primer ángel con trastornos de personalidad de la historia. Y parecía que aquella versión del ángel si que sabía lo que yo era. -Pero, ¿que c**o?.- le dije, mirándole con los ojos entrecerrados, soltando una palabrota algo impropia del lugar en el que nos encontrábamos. -¿Estás jugando conmigo?.-le pregunté con el ceño fruncido, mirando al ser que momentos antes era un ángel perdido en el mundo sobrenatural, pero que ahora parecía saber completamente todo sobre ello, hasta lo que yo era.- ¿O es que eres bipolar?.-comenté, lo que bien podría haber sido cierto. Si el chico en cuestión se había criado con humanos, bien podría haber compartido alguna de sus dolencias, como era el trastorno de la personalidad múltiple.
-A decir verdad, no ha sido nada difícil engañarle.- murmuré con cautela, sin saber como manejar la situación. Según estaba hablando ahora mismo, parecía como si no fuera el ángel con el que hablaba antes, pues hablaba de él como si fuera otra persona distinta. Quería decir eso, por tanto que parecía haber desarrollado una personalidad múltiple. Curioso. - ¿Acaso es que es primerizo en ésto?.- le pregunté a esa personalidad cuando dijo que Dante era tan noble como para no darse cuenta de lo que era yo, con lo cual estaba totalmente de acuerdo.- Eres el señor Hyde, supongo.- le dije, saludando de esa manera a lo que parecía una parte diferente del ángel, comparándolo así con aquel relato de ficción del doctor Jekyll y mister Hyde, en el que el hombre tan bueno como aquel doctor desarrollaba la segunda personalidad malvada de Hyde, la cual a mi me parecía mejor que la personalidad original del doctor. Me pregunté si aquel con el que estaba hablando en aquel momento sería el señor Hyde de Dante. Si era así, creo que me iba a caer mejor que el original.
Adrik L. Bahuer- #} i'm a demon
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Adrik L. Bahuer
Instintos, Impulso natural e interior que provoca una acción o un sentimiento sin que se tenga conciencia de la razón a la que obedece, esa era la definición humana para esa clase de sentimientos, en mi caso todo era diferente,, esa criatura se hacía llamar mis Instintos, siendo mucho más arrogante, más segura de sí misma y mucho más fría y eso por no mencionar que era capaz de dominar a placer y por completo las habilidades angelicales que poseía, como o cuando habían surgido mis propios instintos y cuando habían tomado conciencia propia, era algo que yo realmente desconocía, lo que realmente sabia era que poco a poco sentía como se apoderaba de mi y se me hacia mas difícil controlarlo, era como una especie de demonio dentro de mí, quizás fuera el primer ángel al que le ocurrían cosas como esas, me hacían parecer mucho más mortal, pero todo eso desaparecía cuando mis “Instintos” entraban directamente en combate, era alguien realmente aterrador, su mayor rasgo era su mirada helada y su sonrisa maniaca, era alguien cruel y sádico que gustaba de acorralar a sus enemigos y aterrorizarlos hasta convertirlos solo en unos despojos de lo que eran, entonces darles el golpe de gracia.
-Jugar, vamos, aun no ha comenzado el juego o es que quieres jugar?-pregunte riendo de forma maliciosa mientras soltaba el vaso con el refresco, la verdad es que al ser una parte diferente no gustaba de las mismas cosas que Dante- Bipolar no, la verdad es que no soy otra personalidad de Dante, podría decirse que soy sus instintos, sus deseos de batalla y sus ansias de sangre convertidas en una personalidad consciente, a decir verdad es por mí que él no controla por completo sus habilidades de ángel, por esa razón no se dio cuenta quien eras- le explicaba al sujeto frente a mí que dijo llamarse Adrik, a decir verdad parecía un demonio bastante interesante, había logrado sorprenderle cuando tome el control de Dante eso era bueno, además no parecía a los otros demonios que al saber que era un ángel simplemente se abalanzaban contra mi sin siquiera medir o conocer la fuerza de su oponente.
-Lo supuse, tendra que aprender a que no le engañen tan facil, y en respuesta a su pregunta, si, hace solo un par de años que sabe que es un ángel y que ha comenzado su trabajo, no fue criado como el resto de los ángeles; aunque la verdad no es tan débil como parece, solo es más noble como lo mencione antes, pero ese no es mi caso, todo buen sentimiento en mi como la nobleza o la amabilidad están desaparecidos y espero que siga siendo asi, es más divertido no tener remordimientos o emoción alguna mientras se toman decisiones rápidas-le comente, pero suponía que el sabia de lo que estaba hablando, era un demonio y ellos conocían perfectamente lo que era carecer de cualquier clase de emociones.
- A decir verdad no tengo nombre, pero eso de Señor Hyde me parece bastante interesante, es un gusto conocerte Adrik, supongo que no viniste a este lugar a simplemente ver a estas personas hablar, viniste con intención de hacerlos caer a todos? No creas que me molesta, en lo mas mínimo, mientras no me afecte-concluyo, mirando al chico, a decir verdad si a mí me parecía interesante a Mr. Hyde le parecía aun mayor, no entendía como no había atacado a Dante aun sabiendo lo que era.
-Jugar, vamos, aun no ha comenzado el juego o es que quieres jugar?-pregunte riendo de forma maliciosa mientras soltaba el vaso con el refresco, la verdad es que al ser una parte diferente no gustaba de las mismas cosas que Dante- Bipolar no, la verdad es que no soy otra personalidad de Dante, podría decirse que soy sus instintos, sus deseos de batalla y sus ansias de sangre convertidas en una personalidad consciente, a decir verdad es por mí que él no controla por completo sus habilidades de ángel, por esa razón no se dio cuenta quien eras- le explicaba al sujeto frente a mí que dijo llamarse Adrik, a decir verdad parecía un demonio bastante interesante, había logrado sorprenderle cuando tome el control de Dante eso era bueno, además no parecía a los otros demonios que al saber que era un ángel simplemente se abalanzaban contra mi sin siquiera medir o conocer la fuerza de su oponente.
-Lo supuse, tendra que aprender a que no le engañen tan facil, y en respuesta a su pregunta, si, hace solo un par de años que sabe que es un ángel y que ha comenzado su trabajo, no fue criado como el resto de los ángeles; aunque la verdad no es tan débil como parece, solo es más noble como lo mencione antes, pero ese no es mi caso, todo buen sentimiento en mi como la nobleza o la amabilidad están desaparecidos y espero que siga siendo asi, es más divertido no tener remordimientos o emoción alguna mientras se toman decisiones rápidas-le comente, pero suponía que el sabia de lo que estaba hablando, era un demonio y ellos conocían perfectamente lo que era carecer de cualquier clase de emociones.
- A decir verdad no tengo nombre, pero eso de Señor Hyde me parece bastante interesante, es un gusto conocerte Adrik, supongo que no viniste a este lugar a simplemente ver a estas personas hablar, viniste con intención de hacerlos caer a todos? No creas que me molesta, en lo mas mínimo, mientras no me afecte-concluyo, mirando al chico, a decir verdad si a mí me parecía interesante a Mr. Hyde le parecía aun mayor, no entendía como no había atacado a Dante aun sabiendo lo que era.
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Dante X. Blade
Aquel giro de acontecimientos no era para nada lo que me había esperado que pasara. Tenía bastante experiencia en los temas de ángeles, pues había hecho caer a más de uno a lo largo de mi existencia, y había obtenido de ellos una información suficiente como para saber alguna que otra cosa interesante sobre el enemigo. Pero eso sí que no lo había visto en mi vida. Los ángeles normales no tenían aquella doble personalidad que parecía exhibir aquel que tenía a mi lado. Bastante tenían con su corta inteligencia como para soportar una sola personalidad, no le iban a poner dos. Eso sería ya demasiado para ellos. Sin embargo, parecía que aquel ángel sí que podía hacer tal cosa, combinando un lado más bien oscuro con su personalidad de ángel habitual en todos aquellos plumitas. Debía de reconocer que, por el momento, me gustaba más aquel a quien ya había bautizado como “Mr. Hyde”. Parecía más cercano al tipo de gente con la que a mí me gustaba tratar, aunque, por supuesto, no debía olvidar jamás que se trataba de un ángel. Por muy frío que pudiera parecer, seguíamos siendo enemigos, y si me descuidaba mucho, tal vez acabara con un puñal clavado en la espalda. Ya me había mostrado débil ante en enemigo al sorprenderme por la aparición de Hyde, lo que me hacía ponerme furioso, pues nada nunca en toda mi existencia había hecho que me sorprendiera tanto, y si lo había hecho, había tenido el buen cuidado de no mostrarlo ante la gente, pues si alguien notaba que estabas sorprendido por algo, podía pensar que esa sorpresa te llevaría al temor, y eso haría que el enemigo pensase que eras alguien débil. Por supuesto, la sorpresa inicial no había hecho que temiera al ser que tenía sentado a mi lado, pero si había hecho que aumentara mi curiosidad.
-Depende del juego que propongas.-le respondí, observando como una sonrisa maliciosa se empezaba a formar en los labios de mi acompañante, una mueca que jamás había pensado que podría mostrarse en el rostro de uno de sus seres. Tenía entendido que esas cosas no iban con ellos, eran una cosa más nuestra. –Es un caso de lo más curioso.- repliqué al oír la explicación que me dio acerca de lo que se suponía que era. No tenía constancia de que los ángeles tenían esos instintos de batalla y sangre, aunque debía recordar que eran soldados, por lo tanto, ansiosos por desempeñar su trabajo en el campo de batalla. – No es bueno reprimir los instintos, tarde o temprano se acaba estallando.- comenté, pensando que eso debería haberle pasado al muchacho, si de tanto reprimir aquellos oscuros instintos, éstos hubieran decidido adueñarse de una parte de él. - ¿Y por qué alguien que representa las ansias de batalla y sangre impide que se desarrollen sus habilidades y oculta a sus enemigos de su vista? Ese no es el mejor método para pasar a la batalla.- le dije, pues si tantas ganas tenían esos instintos de entrar en batalla, era extraño que hiciera algo por lo que posiblemente acabaría muerto, y por tanto, no podría prestar batalla nunca más. Claro, que yo no me quejaba, pues lo que estaba haciendo era dejar un enemigo fácil para todos los que quisieran acabar con él.
-Vaya, muchas gracias por la información.- le dije al oír todas aquellas cosas que Mr. Hyde me estaba contando sobre Dante. Sería una información muy útil en el momento que decidiera acabar con él. No era como el resto de los ángeles, por lo tanto, no tendría unas habilidades tan desarrolladas como el resto de sus congéneres, y aunque el ser insistía en el Dante era más fuerte de lo que se veía en apariencia, yo sabía muy bien que la fuerza no lo era todo en una batalla, y que había muchos más factores decisivos para salir victorioso en una pelea. Aunque, por supuesto, la fuerza era importante. -¿Me lo dices, o me lo cuentas?- le dije con una sonrisa cuando éste habló sobre lo bien que era no tener remordimientos por nada de lo que hiciera, sensación que yo llevaba teniendo desde hacía mucho tiempo, por lo que no me estaba diciendo nada nuevo. –Más vale que no comentes eso de no tener remordimientos a sus compañeros de arriba. Puede que no les haga mucha gracia. -le aconsejé, solamente por el hecho de que esos instintos despertaban una curiosidad en mí, y no quería que los angelitos hicieran alguna de las suyas que me impidiera saber lo máximo acerca de una parte más oscura de uno de los suyos.
-Supones bien.- le concedí, con una inclinación de cabeza. –Sería un buen trabajo llevarme a todos ellos conmigo, y tampoco es que me llevara mucho esfuerzo. – le comenté ante su afirmación, algo extraña en un ángel. Pero, claro, esa parte de él con la que hablaba en ese momento no era tan noble como un ángel, así que era normal que no le importara que me llevase a todos esos por delante. Claro, mientras eso no comprometiera su propia seguridad, lo cual veía de lo más lógico -Tranquilo, te excluiré del grupo de los que no llegarán a mañana vivos.- de momento, pensé para mis adentros. Porque esos instintos que se mostraban en aquellos instantes no durarían para siempre, y cuando Dante volviera en sí, sería el ángel que era antes. Y después de que le hubiera sacado la información acerca de esa faceta suya tan interesante, ya no me quedaría nada más que hacer con él, así que lo haría caer y luego acabaría con su patética vida. Simple y sencillo.
-Depende del juego que propongas.-le respondí, observando como una sonrisa maliciosa se empezaba a formar en los labios de mi acompañante, una mueca que jamás había pensado que podría mostrarse en el rostro de uno de sus seres. Tenía entendido que esas cosas no iban con ellos, eran una cosa más nuestra. –Es un caso de lo más curioso.- repliqué al oír la explicación que me dio acerca de lo que se suponía que era. No tenía constancia de que los ángeles tenían esos instintos de batalla y sangre, aunque debía recordar que eran soldados, por lo tanto, ansiosos por desempeñar su trabajo en el campo de batalla. – No es bueno reprimir los instintos, tarde o temprano se acaba estallando.- comenté, pensando que eso debería haberle pasado al muchacho, si de tanto reprimir aquellos oscuros instintos, éstos hubieran decidido adueñarse de una parte de él. - ¿Y por qué alguien que representa las ansias de batalla y sangre impide que se desarrollen sus habilidades y oculta a sus enemigos de su vista? Ese no es el mejor método para pasar a la batalla.- le dije, pues si tantas ganas tenían esos instintos de entrar en batalla, era extraño que hiciera algo por lo que posiblemente acabaría muerto, y por tanto, no podría prestar batalla nunca más. Claro, que yo no me quejaba, pues lo que estaba haciendo era dejar un enemigo fácil para todos los que quisieran acabar con él.
-Vaya, muchas gracias por la información.- le dije al oír todas aquellas cosas que Mr. Hyde me estaba contando sobre Dante. Sería una información muy útil en el momento que decidiera acabar con él. No era como el resto de los ángeles, por lo tanto, no tendría unas habilidades tan desarrolladas como el resto de sus congéneres, y aunque el ser insistía en el Dante era más fuerte de lo que se veía en apariencia, yo sabía muy bien que la fuerza no lo era todo en una batalla, y que había muchos más factores decisivos para salir victorioso en una pelea. Aunque, por supuesto, la fuerza era importante. -¿Me lo dices, o me lo cuentas?- le dije con una sonrisa cuando éste habló sobre lo bien que era no tener remordimientos por nada de lo que hiciera, sensación que yo llevaba teniendo desde hacía mucho tiempo, por lo que no me estaba diciendo nada nuevo. –Más vale que no comentes eso de no tener remordimientos a sus compañeros de arriba. Puede que no les haga mucha gracia. -le aconsejé, solamente por el hecho de que esos instintos despertaban una curiosidad en mí, y no quería que los angelitos hicieran alguna de las suyas que me impidiera saber lo máximo acerca de una parte más oscura de uno de los suyos.
-Supones bien.- le concedí, con una inclinación de cabeza. –Sería un buen trabajo llevarme a todos ellos conmigo, y tampoco es que me llevara mucho esfuerzo. – le comenté ante su afirmación, algo extraña en un ángel. Pero, claro, esa parte de él con la que hablaba en ese momento no era tan noble como un ángel, así que era normal que no le importara que me llevase a todos esos por delante. Claro, mientras eso no comprometiera su propia seguridad, lo cual veía de lo más lógico -Tranquilo, te excluiré del grupo de los que no llegarán a mañana vivos.- de momento, pensé para mis adentros. Porque esos instintos que se mostraban en aquellos instantes no durarían para siempre, y cuando Dante volviera en sí, sería el ángel que era antes. Y después de que le hubiera sacado la información acerca de esa faceta suya tan interesante, ya no me quedaría nada más que hacer con él, así que lo haría caer y luego acabaría con su patética vida. Simple y sencillo.
Adrik L. Bahuer- #} i'm a demon
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Ahora tenía el control total del cuerpo de Dante, a decir verdad aunque pareciera alguien extremadamente débil por la amabilidad y la mirada apacible de la que siempre hacia gala, Dante era un poderoso guerrero que podía dar batalla a cualquier enemigo, aunque claro, era más difícil conmigo debido a que luchar conmigo era como luchar con el mismo, ambos compartíamos las mismas habilidades y por lo tanto la misma fuerza, Además si Dante moría yo moría con él y no era mi intención hacer eso. Los instintos de Dante, parecía que fuera el nombre de algún demonio o algo asi por el estilo, pero no lo era, al ser soldados de dios poseíamos esos deseos, esos instintos que nos llevaban a combatir contra la oscuridad, Dante rechazaba esos instintos ya que el mejor que nadie conocía el dolor de la batalla, había nacido en medio de una batalla por lo que era un amante de la paz sin importar cuánto se diera cuenta que nunca la hallaría mientras existiera la oscuridad en el mundo.
-Pues digamos que siempre me gusta llevar el control, pero como has burlado a Dante debo darte merito asi que por mi puedes escoger el juego que quieras- dije en respuesta a su comentario, para luego continuar escuchando sus palabras, y como él decía, todo lo que estaba ocurriendo con Dante y esta doble personalidad siendo yo una de ellas, era un caso extraño por no decir que era el primer ángel a quien se le veía con una especie de bipolaridad, quizás lo llamaran loco, pero había aprendido a vivir con esa segunda parte de él, al mismo tiempo que buscaba la manera de anularla. – Tu lo has dicho, pero no lo veo de esa forma, si Dante no desarrolla por completo sus habilidades entonces se verá siempre involucrado en problemas al no diferenciar a los enemigos y a los amigos, entonces yo podría apoderarme más seguido del cuerpo, y lograría hacerme cada vez mas fuerte hasta convertirlo a él en una segunda personalidad o en una especie de voz que se va apagando, tengo intenciones de apoderarme de este cuerpo, una vez Dante esta en problemas siempre salgo a ayudarlo, mientras más problemas tenga, mas saldré a la luz- dije respondiendo su interrogante, la verdad es que era un plan algo peligroso, debido a que si Dante salía herido o le ocurría algo, mi conciencia desaparecería junto con la de el, asi que no me gustaba que le ocurriera nada al cuerpo que tenía intenciones de controlar.
-Vamos, no creo que tengan intenciones de matarme por decir la verdad, todos los ángeles tienen los instintos de batalla y cuando acaban con alguien no tienen remordimientos solo que no lo dicen, digamos que lo de la hipocresía no va conmigo- dije en respuesta a su advertencia por los cielos, la verdad es que yo había aprendido a no vivir con miedo y mucho menos temiéndole a las alturas ya que los enemigos podía estar en todas partes, Dante confiaba rápidamente en las personas al contrario que yo, no confiaba ni siquiera en mi sombra debido a que las traiciones podían resultar en cualquier lugar.
-Veras, yo tengo mis propias intenciones, el padre de Dante era un demonio y sigue vivo, ha sido el único hombre que ha logrado herirme, se que sonara algo arrogante, pero al contrario que Dante no tengo intención de salvar a muchas personas, solo tengo en mente un objetivo, matar a aquel hombre, además estas personas han elegido hundirse por cuenta propia, sería una pérdida de tiempo intentar salvarles- Respondí, Dante era un ángel perfecto, podría decirse que él quería salvar a las personas, pero como lo había mencionado, solo quería vengarme de aquel hombre.
-Pues digamos que siempre me gusta llevar el control, pero como has burlado a Dante debo darte merito asi que por mi puedes escoger el juego que quieras- dije en respuesta a su comentario, para luego continuar escuchando sus palabras, y como él decía, todo lo que estaba ocurriendo con Dante y esta doble personalidad siendo yo una de ellas, era un caso extraño por no decir que era el primer ángel a quien se le veía con una especie de bipolaridad, quizás lo llamaran loco, pero había aprendido a vivir con esa segunda parte de él, al mismo tiempo que buscaba la manera de anularla. – Tu lo has dicho, pero no lo veo de esa forma, si Dante no desarrolla por completo sus habilidades entonces se verá siempre involucrado en problemas al no diferenciar a los enemigos y a los amigos, entonces yo podría apoderarme más seguido del cuerpo, y lograría hacerme cada vez mas fuerte hasta convertirlo a él en una segunda personalidad o en una especie de voz que se va apagando, tengo intenciones de apoderarme de este cuerpo, una vez Dante esta en problemas siempre salgo a ayudarlo, mientras más problemas tenga, mas saldré a la luz- dije respondiendo su interrogante, la verdad es que era un plan algo peligroso, debido a que si Dante salía herido o le ocurría algo, mi conciencia desaparecería junto con la de el, asi que no me gustaba que le ocurriera nada al cuerpo que tenía intenciones de controlar.
-Vamos, no creo que tengan intenciones de matarme por decir la verdad, todos los ángeles tienen los instintos de batalla y cuando acaban con alguien no tienen remordimientos solo que no lo dicen, digamos que lo de la hipocresía no va conmigo- dije en respuesta a su advertencia por los cielos, la verdad es que yo había aprendido a no vivir con miedo y mucho menos temiéndole a las alturas ya que los enemigos podía estar en todas partes, Dante confiaba rápidamente en las personas al contrario que yo, no confiaba ni siquiera en mi sombra debido a que las traiciones podían resultar en cualquier lugar.
-Veras, yo tengo mis propias intenciones, el padre de Dante era un demonio y sigue vivo, ha sido el único hombre que ha logrado herirme, se que sonara algo arrogante, pero al contrario que Dante no tengo intención de salvar a muchas personas, solo tengo en mente un objetivo, matar a aquel hombre, además estas personas han elegido hundirse por cuenta propia, sería una pérdida de tiempo intentar salvarles- Respondí, Dante era un ángel perfecto, podría decirse que él quería salvar a las personas, pero como lo había mencionado, solo quería vengarme de aquel hombre.
Dante X. Blade- #} i'm an angel
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Lily Anderson
Observé como mi madre saludaba a unos amigos y vecinos y nos decía que se iba a saludarles junto con Neil. Me gustaba que mi madre fuera feliz con alguien que no fuera mi difunto padre, pero, me estaba acostumbrando aun a la idea... No supe quienes serían esos amigos o vecinos de mi madre, pero la cuestión es que me sonaban de algo. Esperaba que nadie me reconociera ya que no tenía ganas de hablar con algún conocido pasado que supiera nuestra historia, la de mi madre y la mía, la trágica muerte de mi padre nos había descolocado a ambos... Aun así estaba preparado para que se me acercase cualquier demonio que tuviera que ver con la muerte de mi padre.
Me giré mirando hacia donde estaba Lily serio, como de costumbre, pero yo diría que estaba mucho mas serio aun y alerta. Mirando a toda la gente que había allí...Notaba algo extraño por eso me mantenía alerta y callado. La voz de Lily me liberó de mis pensamientos al mirarla.
-Si, eso parece.-le contesté y luego desvié la mirada a la mesa de canapés y demás. No debí contestarle tan secamente, ella no tenía la culpa. Además ahora era mi hermanastra. Suspiré, no sabía porque me comportaba como un idiota durante esos días de convivencia con ella y con su padre, me molestó actuar igual hoy, por estas fechas, se supone que la Navidad es para estar con la familia y amigos y más aun en año nuevo que se cumplen todos los deseos. Y no quiero ver mas a mi madre triste aunque sea mi problema ser tan cerrado con ese tema y tan serio.
Aunque yo odio la Navidad desde lo ocurrido... No dejaré que otros la odien por mi.
-¿Quieres?-ofrecí a mi hermanastra un canapé, intentando no sonar como un idiota, un borde, sino amable aunque serio como de costumbre.-Parecen estar muy ricos...-añadí, si un demonio no los ha envenenado pensé interiormente con negatividad... Mi madre los hacia mejores, desde luego... sin envenenamientos.
Volví a suspirar, esta vez mas hondo y miré a Lily, e intenté relajarme pensando en otra cosa. Iba realmente hermosa, pensé, pero que pienso?! Desvié la mirada, como alguno se le acerque ya se como emplear las horas de clase de boxeo al máximo, pensé. Nadie la tocaría.
Me acerqué un poco a ella con instinto de hermano protector mirando la mesa de canapés para que no se notara mucho que estaba pensando.
Erik Peterson- #} i'm a nephilim
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Erik Peterson
¿Qué se suponía que debía hacer en ese momento? Erik parecía estar enfadado con el mundo, bueno casi siempre solía estar así aunque esa noche aún más, y esto me había llevado a pensar que tal vez era yo el problema, "Lily, no eres ni nunca lo has sido el centro del universo", me decía a mí misma cada vez que salía ese tema en mi cabeza. Me giré cuando un grupo de chicos pasó por detrás nuestro entre risas y con bebidas en sus manos, sonreí hacia mis adentros, la navidad en parte me había parecido un gran fraude de los grandes centros comerciales, todo el mundo se concentraba en comprar y se olvidaba de lo que realmente es la navidad, pero ver a toda aquella gente allí reunida me hacía pensar que en el fondo el mundo no estaba tan mal.
-Eh..claro. -Cogí el canapé que me ofrecía mi hermanastro y me lo comí. -Si, están bastante buenos... -Afirmé mirando el resto de canapés que había sobre la mesa pero sin coger ninguno. Me giré en la dirección que se había ido nuestros padres pero ya eran casi imposibles de ver, así que volví a girarme hacia Erik. -Oye..¿Quiero hacer algo? Bueno, no es que se pueda hacer mucho aquí pero dar una vuelta o algo... -Propuse, no iba a permitir que Erik y yo nos aburriésemos esta noche, y él no es que estuviera por la labor de entretenernos.
Lily Anderson- #} i'm a nephilim
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Re: Good Bye 2011, Hello 2012 {TODOS}
Dante X. Blade
El ser que tenía ante mi era la clara prueba de lo malo que era reprimir los instintos naturales. Yo siempre lo había sabido, por lo que yo siempre les daba rienda suelta, y así estaba, mas sano que una manzana, tanto física como mentalmente. A veces, cuando cavilaba acerca de las debilidades que podían tener los enemigos, había pensado en sus instintos, que ellos controlaban tan bien que parecía que fueran de piedra. Dante parecía ser la prueba viviente de lo malo que puede ser el reprimir tanto algo como las ansias de batalla. Las leyes angélicas les impedían hacer un montón de cosas {sobre todo las mas divertidas}, como era el sexo o beber hasta reventar, y ellos tenían que hacer como si no sintiesen eso en su ser, aunque la experiencia me había demostrado que sí que lo sentían. Y a mas de uno lo había ayudado a dar rienda suelta a eso y hacer que se divirtieran de una vez por todas en toda su completa existencia. Y luego, encima de que les mostraba lo buena que era la vida, el malo era yo. Vamos, que el malo era quien te enseñaba las cosas que valen la pena en la vida, y el bueno es aquel que te las prohíbe y te manda al infierno como las hagas. La lógica de los ángeles era así de extraña.
-¿Te gusta llevar el control? .- repetí, encarnado una ceja ante ese comentario, preguntándome acerca de lo que significaría. Obviamente, para mi tenía un claro significado, pero no creía que para él significara eso mismo. Porque seguro que él no había practicado nunca eso que yo tenía en mente y en lo que se “llevaba el control” Sino, no sería un ángel puro como lo era. -Qué generoso eres al dejarme elegir a mi....bueno, cuando lo decida te lo haré saber. Tengo tantos en mente que es complicado elegir.- le expliqué, encogiéndome de hombros mientras le daba un suave trago a mi bebida. Lo cierto es que si que tenía uno en mente, pero debía recordar que era un ángel, por lo que no podía jugar a eso...todavía. No mientras esa parte tan interesante de su personalidad estuviera presente. Cuando lograra sacarle la máxima información, entonces quizás pudiera.
Me acaricié suavemente la barbilla, procesando el plan que me había contado Dante sobre su cuerpo y como hacerse con el control de él. A decir verdad, era un buen plan. Ahora que lo veía todo completo, podía ver la lógica con la que se había construido aquel plan, aunque también era muy arriesgado, puesto que la destrucción del cuerpo de Dante probablemente acabaría con la destrucción de Mr. Hyde, perdiéndose con la mente normal de Dante. Pero oye, eso era cosa suya. Si quería arriesgar su vida en esa empresa, no iba a ser yo quien se lo impidiera. ¿Yo, hacer que un ángel dejara un plan que podría acabar con él? Eso nunca. - Buena suerte con ello, entonces. Ya me dirás que tal te va controlando ese cuerpo. Sería interesante conocer a un ángel con los instintos a flor de piel las 24 horas del día.- le comenté, aunque, la verdad, no tenía intención de dejar que Mr. Hyde se apoderara del cuerpo de Dante. Lo mataría antes de que eso pasara, quizás esa misma noche. Estaba seguro de que ese ángel tan extraño daría mucho juego para empresas futuras, pero no podía arriesgarme a tal cosa. ¿Quién me aseguraba que, al tomar el cuerpo Mr. Hyde, no se enfrentaría a mi? Prefería evitar un enfrentamiento así, y no porque pensara que no pudiera ganarle, sino porque me daría mucha rabia saber que habría podido acabar con él fácilmente antes, con su personalidad de Dante.
-Oh, pero los ángeles no pueden disfrutar de acabar con alguien. Se supone que sois todo bondad y amor y os duele acabar con la existencia de otro ser.- le solté de manera burlona, rodando los ojos ante lo que acababa de decir, sabiendo que a muchos ángeles les encantaba acabar con la vida de un demonio, incluso lo disfrutaban y los buscaban simplemente por el subidón que proporcionaba el matar un demonio. Por supuesto, ellos lo considerarían como alegría por haber acabado con alguien malvado. Según ellos, habían hecho el bien matando a alguien malo, así que era eso lo que los alegraba...¡já! Y una porra.
-Así que su padre es un demonio, él es un ángel....¿y su hermana que es, un unicornio?.- le pregunté mordazmente, negando con la cabeza ante la visión de una familia tan extraña como la de aquel. No tenía ni idea de como un demonio podría haber formado una familia, pero lo que era mas, como la había formado con un ángel como hijo. Realmente me parecía incomprensible como no lo había matado nada mas percibir lo que era. Desde luego, yo lo habría hecho. Y por no hacerlo, ahora ese demonio estaba en un apuro al querer su hijo acabar con él. Pues mira, que hubiera sido listo desde un principio. - Bueno, no es que apoye el asesinato de mi propia raza....aunque si de los estúpidos, y parece que ese lo es...Pero mas vale que estés prevenido. Los demonios no somos tan fáciles de matar, y siempre, siempre, tenemos un truco bajo la manga.- le expliqué con indiferencia. En realidad era mas un advertencia de otra cosa, y no por aquel demonio que se suponía que era el padre de la telenovela, sino por mi propia persona. No había olvidado que seguía siendo un ángel, y yo un demonio. Estaba demasiado relajado para lo que suponía que tenía que pasar. Solo quería que supiera que, si se ocurría preparar algo contra mi persona, no sería nada sencillo. - Oh, así que no te importa nada que mande a todas estas personas al sótano, ¿eh?.- le pregunté, mirandolo con los ojos entrecerrados, pensando que eso era algo bueno, porque me dejaba a alguien menos con el que luchar por llevarme a esas personas abajo. Aunque, claro, también me lo llevaría a él, aunque él mismo no lo supiera.
-¿Te gusta llevar el control? .- repetí, encarnado una ceja ante ese comentario, preguntándome acerca de lo que significaría. Obviamente, para mi tenía un claro significado, pero no creía que para él significara eso mismo. Porque seguro que él no había practicado nunca eso que yo tenía en mente y en lo que se “llevaba el control” Sino, no sería un ángel puro como lo era. -Qué generoso eres al dejarme elegir a mi....bueno, cuando lo decida te lo haré saber. Tengo tantos en mente que es complicado elegir.- le expliqué, encogiéndome de hombros mientras le daba un suave trago a mi bebida. Lo cierto es que si que tenía uno en mente, pero debía recordar que era un ángel, por lo que no podía jugar a eso...todavía. No mientras esa parte tan interesante de su personalidad estuviera presente. Cuando lograra sacarle la máxima información, entonces quizás pudiera.
Me acaricié suavemente la barbilla, procesando el plan que me había contado Dante sobre su cuerpo y como hacerse con el control de él. A decir verdad, era un buen plan. Ahora que lo veía todo completo, podía ver la lógica con la que se había construido aquel plan, aunque también era muy arriesgado, puesto que la destrucción del cuerpo de Dante probablemente acabaría con la destrucción de Mr. Hyde, perdiéndose con la mente normal de Dante. Pero oye, eso era cosa suya. Si quería arriesgar su vida en esa empresa, no iba a ser yo quien se lo impidiera. ¿Yo, hacer que un ángel dejara un plan que podría acabar con él? Eso nunca. - Buena suerte con ello, entonces. Ya me dirás que tal te va controlando ese cuerpo. Sería interesante conocer a un ángel con los instintos a flor de piel las 24 horas del día.- le comenté, aunque, la verdad, no tenía intención de dejar que Mr. Hyde se apoderara del cuerpo de Dante. Lo mataría antes de que eso pasara, quizás esa misma noche. Estaba seguro de que ese ángel tan extraño daría mucho juego para empresas futuras, pero no podía arriesgarme a tal cosa. ¿Quién me aseguraba que, al tomar el cuerpo Mr. Hyde, no se enfrentaría a mi? Prefería evitar un enfrentamiento así, y no porque pensara que no pudiera ganarle, sino porque me daría mucha rabia saber que habría podido acabar con él fácilmente antes, con su personalidad de Dante.
-Oh, pero los ángeles no pueden disfrutar de acabar con alguien. Se supone que sois todo bondad y amor y os duele acabar con la existencia de otro ser.- le solté de manera burlona, rodando los ojos ante lo que acababa de decir, sabiendo que a muchos ángeles les encantaba acabar con la vida de un demonio, incluso lo disfrutaban y los buscaban simplemente por el subidón que proporcionaba el matar un demonio. Por supuesto, ellos lo considerarían como alegría por haber acabado con alguien malvado. Según ellos, habían hecho el bien matando a alguien malo, así que era eso lo que los alegraba...¡já! Y una porra.
-Así que su padre es un demonio, él es un ángel....¿y su hermana que es, un unicornio?.- le pregunté mordazmente, negando con la cabeza ante la visión de una familia tan extraña como la de aquel. No tenía ni idea de como un demonio podría haber formado una familia, pero lo que era mas, como la había formado con un ángel como hijo. Realmente me parecía incomprensible como no lo había matado nada mas percibir lo que era. Desde luego, yo lo habría hecho. Y por no hacerlo, ahora ese demonio estaba en un apuro al querer su hijo acabar con él. Pues mira, que hubiera sido listo desde un principio. - Bueno, no es que apoye el asesinato de mi propia raza....aunque si de los estúpidos, y parece que ese lo es...Pero mas vale que estés prevenido. Los demonios no somos tan fáciles de matar, y siempre, siempre, tenemos un truco bajo la manga.- le expliqué con indiferencia. En realidad era mas un advertencia de otra cosa, y no por aquel demonio que se suponía que era el padre de la telenovela, sino por mi propia persona. No había olvidado que seguía siendo un ángel, y yo un demonio. Estaba demasiado relajado para lo que suponía que tenía que pasar. Solo quería que supiera que, si se ocurría preparar algo contra mi persona, no sería nada sencillo. - Oh, así que no te importa nada que mande a todas estas personas al sótano, ¿eh?.- le pregunté, mirandolo con los ojos entrecerrados, pensando que eso era algo bueno, porque me dejaba a alguien menos con el que luchar por llevarme a esas personas abajo. Aunque, claro, también me lo llevaría a él, aunque él mismo no lo supiera.
Off: Siento la tardanza, los exámenes me habían cogido y no me querían soltar u__u decían que me hacían rey de examenlandia, y yo, que no, que no...pero bueno, todo solucionado xD
Adrik L. Bahuer- #} i'm a demon
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