Primero un ángel y ahora....¿un ángel caído? Interesante

Salía de trabajar, agotada, menudo día que había tenido con el dichoso fotógrafo, nada le parecía bien y a mí ya me habían dado ganas de golpearlo tan fuerte que le dejaría sumido en un coma.

Tan arisca como siempre, y con ese aire chulesco que portaba, siempe con aquel caminar tan endemoniadamente sensual que me gastaba salí del estudio. Algunos chicos me observaron al pasar, ninguno era mi tipo, pero si
buscaban algo, por mí sin problema, eran simples almas que arrastrar al inframundo.

Las calles parecían desiertas a estas horas de la noche, las luces de las casas de la ciudad de Londres, con sus farolas en la calle daban algo de claridad a la oscura noche. Prefería la oscuridad antes que esto, me adentraba en uno de los callejones, observando a mí alrededor, vagabundos durmiendo en cartones, muchachos jóvenes vendiendo droga, otros simplemente la estaban tomando, parejas enrollándose sin importar dónde.
Quedé observando a la parejita por unos segundos, eso o simplemente habían sido dos chicos tentados a los placeres de la carne, me encantaba, sobre todo si el juego de seducción era yo misma quien lo utilizara. Parecían ni inmutarse porque alguien los observara, morbosos estos humanos.

Seguí adentrándome en el callejón, sin saber si podría encontrar a alguien allí, aunque dudo que ninguno de los míos estuviese por un sitio tan penoso como este, pero seguramente terminaría por encontrarme a alguien.

Después de una provocativa sesión de fotos impuesta por mi muy querido representante, realmente quería a ese hombre, lo quería pero matar. Como es que me ponía esas sesiones a esas horas Dios es que no le parecía que ya a esas horas estaba muerta y fastidiada además de aun mas molesta con él por cancelar mis vacaciones y viaje a las Bahamas?? Huy realmente no lo toleraba pero aun así intente controlar un poco mi mal humor y tome mi cámara, tal vez tomar algunas fotos a los deprimentes humanos podría animarme un poco y si eso no funcionaba ya había otras formas mas pecaminosas de hacerlo o ¿no?

Después de tanto andar entre tanto vagabundo y parejas lujuriosas a las cuales fotografié sin problema alguno vi a la imagen propia del pecado, un demonio o mas bien una lujuriosa demonio, muy sensual a decir verdad por lo que no pude evitar tomarle una foto a ella también aunque hubiera preferido fotografiarla de cuerpo completo y alas incluidas aun así me parecía que había captado algo de su esencia mientras la miraba através de lente de la cámara.

Hacía muchísimo tiempo que no caminaba por barrios tan deprimentes como estos, bueno, deprimentes según desde el punto de vista que se quisiera ver, pues para mí, toda la sangre, sexo, alcohol y drogas que corrían por aquí era puro placer. Algo a lo que sin remedio alguna estaba acostumbrada y formaba parte de mi persona.
Estaba pensando en colarme en alguno de los bares de alterne que se disgregaban cerca de esta zona, me apetecía encontrar un lugar en el que desatar mi seducción, un lugar en el que pudiese encontrar algo de lujuriosa diversión, algún alma maltrecha que llevarme conmigo al inframundo, no me faltaban las ganas, pues ver a todas esas parejitas llenas de deseo me hacían despertar ese lado de mi persona.

Fue en el momento en que me di la vuelta al oír el ruido de una cámara, alguien andaba cerca echando fotografías, aunque en un lugar tan deprimente, una esencia débil que aviso a mis sentidos, no era un ángel, pero tampoco un humano, era una esencia como…intermedia, cuando examiné el lugar vi a una chica rubia, tirando a castaña, quien me observaba a través del lente de una cámara fotográfica. Con paso decidido, arrebatadoramente sensual, como siempre caminaba, me acerqué a ella, girando a su alrededor, su esencia, si era un ángel, pero no un ángel cualquiera, sino un ángel caído.
-Ya decía yo que tu esencia no era completamente humana, eres un ángel caído.

Interesante, primero conocía a una ángel y ahora a un ángel caído.
-Ainhoa Conde, un placer.-me presenté.-¿Y tú eres?

La observé de arriba abajo unos segundos, era una chica muy guapa, me preguntaba que pecado capital habría cometido para perder sus preciadas alas.

Mientras fotografiaba a esa mujer que parecía estar cubierta de un aura algo lujuriosa en todo sentido no pude medio sonreír tomándole una última foto que captara su sensual y algo depredador andar para luego apagar mi cámara y guardala mientras la miraba de reojo rodeándome para finalmente quedar frente a frente.

- Lamentablemente tienes razón y sufrí la desgracia de nacer como un ser celestial - le respondí mostrando algo de desagrado a ese hecho para luego medio sonreír - Tu eres un demonio por lo que se puede ver - finalice.

- Génesis Samantha Blackheart - respondí a su presentación con una leve reverencia cortes antes de imaginarme que estaría pensando pero dejaría que ella fuese la que me preguntara antes de responder el porque perdí mis "preciadas" alas y deje de ser un ángel para convertirme en un ángel caído condenado al fuego del infierno al morir.

Notar aquella presencia me hizo girar sobre mis talones, al menos no era la presencia de un angelito, ya me había topado con uno, y la conversación no fue precisamente agradable, pues en un solo segundo pensé en quitar de en medio a aquella endemoniada pelirroja que se atrevió a reírse en mi cara, pero al menos le había escupido literalmente a la cara mi odio hacia la religión, y lo poco que me importaba a mi sobre los pecados capitales, ya nací demonio, por lo tanto no era algo que verdaderamente me preocupase.

Finalmente me había decidido a acercarme a la chica, no tenía nada que temer, su aura ya me decía que no tendría ningún problema, al fin y al cabo, poseemos fuerza, no tenemos que preocuparnos por esos minúsculos detalles, oí con atención sus palabras, no parecía contenta por haber nacido como un ángel, yo tampoco lo estaría, esa vida casta y pura no iba conmigo.
-Me imaginaba que así sería.

Me detuve ante aquella medio sonrisa de la chica, cuando finalizó al decirme que yo era un demonio, sonreí ampliamente, con orgullo y satisfacción, me gustaba que eso quedara claro entre los que podían distinguir mis alas, tan negras como la noche más oscura.
-Sí, soy un demonio y uno de los más orgullosos podría decir, arrogancia es lo que me sobra. Al menos, puedo decir que me alegro de haberme topado contigo y no con uno de esos ángeles.

Finalmente pude oír su presentación, Génesis, un nombre curioso, me sonaba de algo ese nombre. Fueron unos segundos los que quedamos en silencio, saqué mi cajetilla de tabaco, sosteniendo uno de ellos, sensualmente entre mis labios, alargándole el paquete a la chica.
-¿Te apetece uno?

Mientras esperaba una respuesta encendí el mío, mirándola a los ojos, me gustaba mirar a la gente a los ojos cuando hablaba con ella, decidida pregunté.
-¿Cuál fue tu pecado, Génesis? ¿Qué hiciste para perder tus alas?

Medio sonreía a sus primeras palabras mientras me medio balanceaba sobre mis talones, realmente la vida como ángel era estresante y uno no obtenía nada por tanto trabajo que uno tenía como protector de los humanos pero si grandes castigos por una simple equivocación.

- Lo mismo digo, los ángeles son sumamente estresantes con sus discurso de que Dios es lo mejor del mundo y que es un ser perdonador y no castigador y esas tonterías de que si uno deja de pecar lo puede perdonar y todas esas tonterías que siempre dicen para intentar que uno deje de ser como es y se una a ellos y a su absurda causa del perdón y vida eterna - dije sin poder evitar rodar los ojos de lo estresante que era eso de estar con ángeles ya que todos o la gran mayoría se creían perfectos y libres de pecado lo cual era fastidioso.

Vi como tomaba un cigarro y se lo ponía entre los labios antes de ofrecerme uno - Claro - dije tomando uno de los cigarros que ella me ofreció.

Una sonrisa ladeada se formo en mi rostro con la nueva pregunta que me hizo la chica - mas bien la pregunta sería que pecado no he cometido aun. Las alas las perdí por creerme enamorada de un perdedor que estaba a mi cuidado por lo que fui abandonada a mi suerte por el gran Dios y luego de eso he cometido todos los pecados capitales habidos y por haber, ira, lujuria, gula, avaricia, arrogancia, soberbia y pereza. ¿Quien no podría vivir sin ellos? - dije mostrándome poco o mas bien nada arrepentida de mis actos

Me sorprendió que medio sonriese a mis palabras, habiendo sido ángel pensé que se enfadaría o se pondría a la defensiva para defender a aquellos seres celestiales a los que yo les tenía cierta repulsión, la miraba atentamente balancearse sobre sus talones, oía con atención los comentarios de la chica, y sinceramente estaba muy de acuerdo con ellos, pues me mataban aquellos largos sermones de los ángeles con respecto al perdón, la pureza y el bien, me podían la verdad.

Seguí en silencio unos segundos, pensando en las palabras de la chica, pues que verdad más grande. No solía estar de acuerdo con casi nadie, pero sus ideas y las mías no estaban muy lejos las unas de las otras, por lo tanto me apresuré a responderle.
-Si fuese perdonador y no castigador, dudo mucho que pudiese cortar las alas a sus angeles por una cosa como lo sería no sé….enamorase, me resulta incluso hipócrita a decir verdad, pero en fin, como bien dices son unos seres realmente estresantes a los que es mejor evitar ante todos los medios.

Aceptó el cigarrillo que le ofrecí, por lo que se me acerqué a encendérselo, mientras la miraba a los ojos, vaya, azules, al igual que los míos, pude ver aquella sonrisa, escuchando con atención lo que decía. Me quedé sorprendida, vaya vaya, había cometido los siete pecados capitales, muy interesante, su pregunta final fue la que me hizo reír.
-Esos tontos angelitos les gusta vivir sin ellos, yo no podría hacerlo, y mucho menos sin la lujuria, ese es mi favorito, cosa a la que alguno a caído alguna vez.

Recordé a aquella chica que conocí en el río y sinceramente me hacía gracia recordarlo.
-Conocí a una chica, un ángel, no muy dada a la lujuria y su comentario me hacía mucha gracia, no sabe porque caen no ante la lujuria, sino ante mí.

- Cierto en especial por que siempre dicen Dios es Amor y si realmente fuera amor no se tendría que molestar por que un ángel comete la tontería de enamorarse cuando se supone que ese es un sentimiento puro, realmente es mucha hipocresía a mi parecer, sin embargo ahí quienes lo veneran y creen en él sin saber que es un farsante y principalmente sin querer ver las cosas que puede llegar a hacer - le dijo destilando algo de veneno por lo mucho que detestaba a su antiguo señor y Dios.

La rubia me encendió el cigarro con lo que le di una calada para luego de un par de minutos o segundos volver a ver al cielo y exhalar el humo por la boca disfrutando el sabor que dejaba en mi boca la nicotina.

- Tienes razón y opino lo mismo, ese es uno de mis pecados favoritos el cual conocí en un lugar como este por así decirlo, después de perder mis alas y que se me fuese negado el perdón eterno y el poder volver a casa, de hecho eso fue lo que me ayudo a quitarme la venda de los ojos con respecto a Dios y su supuesto amor para con los suyos y los humanos - le dije aun algo molesta, realmente aun después de tantos años seguía enfadada con él por darme la espalda cuando mas lo necesitaba.

- Pobre chica no conoce nada de la vida además quien no caería ante tan sensual demonio - dije seductoramente mientras esta vez era yo la que caminaba a su alrededor con paso delicado pero sensual para así poder recorrerla con la mirada hasta llegar nuevamente a estar frente a ella.

Presté atención a las palabras de Génesis, pues parece que esta chica y yo compartíamos la misma opinión, demasiada hipocresía, cuando se supone que el amor era un sentimiento casto y puro que ellos mismos procesaban, aunque eso era el rollo del amor al prójimo y todo eso, pero aún así era muy hipocresía junta. Aquel veneno que destilaba su voz era lo único que necesitaba ver para comprender el asco, lo que detestaba al que se supone fue su jefe, su padre.
-Me alegra hablar con alguien que comparte mi punto de vista, pues eso de que Dios es sólo amor, ni ellos mismos se lo creen, como andamos diciendo, hay demasiada hipocresía junta en sus palabras.

La miraba con detenimiento cuando exhalo el humo de su cigarro, y el hecho de que nuestra conversación estuviese dictaminada ahora mismo por el tema de la lujuria no era de gran ayuda a decir verdad, nuevamente coincidimos, para mí la lujuria uno de los mejores pecados que pudieses encontrarte en este mundo. Guardaba silencio ante cada palabra que se desprendía se sus labios, esperando que fuese ella la que callase para así responder a las mismas, así que en un lugar como este conoció dicho pecado, muy interesante.
-Compartimos opiniones, Génesis. Verdaderamente tú la encontraste en un sitio así, yo ni siquiera recuerdo cuando lo hice, supongo nací con ella y sólo fue cuestión de irla moldeando a mi antojo.

Ante mi último comentario, al oír su respuesta y ver sus actos sonreí del modo más pícaro y sensual que solía hacerlo, viendo como me recorría con aquella mirada lujuriosa y ese andar sensual. Quedó frente a mí, y poco a poco la hice recular, encerrándola entre una pared y mi cuerpo, atreviéndome a susurrar en su oído:
-¿Tú caerías si te lo propusiera?.-sonreí traviesa.

Es bueno hablar con alguien que comparte mi opinión, además de que es realmente estresante hablar con ángeles por eso muchas veces es mejor entablar una conversación con un demonio que si comprende cuantas mentiras ahí en ese supuesto reino de fe y misericordia - exprese mientras miraba el cielo como diciendo "No me interesas" o algo así mientras exhalaba el humo después de una nueva calada.

- Los demonios nacen con los siete pecados, su misión es esparcir los vicios y el mal por la humanidad y los ángeles para hacerlos caer en las garras de Satanas y así subir de nivel mientras que los ángeles nacen puros para cumplir su deber de no dejar que el demonio gane. Lo que no saben es que el mal siempre gana y nunca muere como la bondad. - comente tranquilamente mientras disfrutaba la suave brisa nocturno mas no disfrutaba el olor a pobreza, suciedad y perdición de ese lugar que estaba lleno de mendigos.

- Puede que si, puede que no - le respondí sensualmente al oído al igual que ella había hecho conmigo



FdR: Disculpa que no roleara hasta hoy es que sinceramente no tenía ganas de rolear ni inspiración u.u

Eso se debe a su ignorancia de lo que realmente pasa a su alrededor, ellos solo siguen ordenes sin cuestionar nada por eso es que no se dan cuenta de como son las cosas en realidad y que solo son manipulados por Dios - me encogí de hombros como si nada restandole un poco de importancia al asunto.

La mayoría de los ángeles son realmente ignorantes al no saber que no se puede hacer nada para cambiar la naturaleza de los demás, los demonios y los humanos son malos por naturaleza, nunca cambiaran, desde tiempos remotos lo han demostrado, Eva peco al comer la manzana e indujo a Adan a hacerlo también por lo que fueron desterrados. Las personas a las que el hijo de Dios quiso salvar lo traicionaron y crucificaron, uno de sus apóstoles fue quien lo vendió mientras otro lo negó. Todo demuestra que desde el principio de los tiempos los hombres han demostrado su verdadera naturaleza y ellos siguen ciegos creyendo en que se volverán buenos. - Comenté.

Inevitablemente un estremecimiento recorrió mi columna vertebral cuando Ainhoa delineo mi cuello con su lengua - He de admitir que concuerdo contigo - le dije al oído antes de morderle suave y sensualmente el lóbulo de la oreja.