Paseando sin trabajo (Libre)

3:30 p.m. ¡Yeahh! Me puse en pie rápidamente y tome mi chaqueta del perchero mientras me hacía paso entre la multitud. Mi turno había acabado y aunque en realidad no hacia tantas cosas en la oficina de mi padre –no pasaba de capturar datos o diseñar y actualizar la página web- me estresaba por completo estar encerrada entre 4 paredes, yo no estaba hecha para eso, cuando llegara el momento de buscar un empleo de verdad, sería uno en el que estuviera en la calle o si era necesario estar entre paredes, que por lo menos pudieran charlar con las personas ¡Detesto la soledad y el silencio!

Estaba hambrienta, necesitaba algo de alimento y tener las suficientes agallas para regresar y terminar el trabajo que me había encargado mi padre. “Hamburguesas” Me dirigí al famoso restaurante de comida rápida y ordené un delicioso almuerzo, para después salir con mi pedido al transitado centro de la cuidad. Adoraba comer al aire libre, siempre había sido así y hoy no me encerraría estando un día tan hermoso.

“We all live in a yellow submarine♪” Maldición, ¿a quien se le ocurría hablar en ese momento? Hice malabares con las cosas que tenía en mis manos para intentar sacar el móvil de la bolsa pero no parecía que me daría resultado, una habilidad menos a la vista. Lo deje sonar, después de todo en algún momento se detendría. “We all live in a yellow submarine♪” ¿De nuevo? ¿Y si era una emergencia? Después de lidiar otros minutos con mí función de circo, el refresco cayó al suelo haciéndose un verdadero desastre, pero logré contestar el teléfono y para colmo era una llamada equivocada. ¡Que locura!

De pronto me encontré sin cosas en mis manos, entonces alce la vista y me encontré con… un verdadero ángel. Esa expresión usaban las chicas cuando veían a un muchacho realmente guapo, ¿Cierto? Le mostré la sonrisa más tonta del universo entero y estaba completamente segura de ello – Gracias- susurré y no estaba segura si me había escuchado. Apagué el móvil de una, no quería saber nada de nadie duramente mi almuerzo y me presentaba con el chico.

Asentí ante su pregunta, sin duda ahora estaba mejor. Ahora que ya me había ayudado con algunas cosas y no me sentía tan presionada… si por eso es que ahora estaba mejor. ¡Concéntrate Elyse, concéntrate! –Elyse, Elyse Mcfly- me presenté mientras miraba sus manos con algunas de mis cosas y con las manos hice una sutil seña para que me las entregara. Después de todo eran mías y él no tenía por qué cargarlas, además de que me moría por darle una mordida a mí hamburguesa. Moría de hambre en aquel momento pero intente controlar mi hambre. –Ya puedes entregármelas y muchas gracias, gracias a ti no termine tirada en el suelo con mi almuerzo encima- bromeé. ¿Me dejaría acaso acariciarle el cabello? ¡Elyse por favor!

Un señor se acercó a nosotros con la sonrisa más grande del mundo y lleno de ilusión, Paris lo llamo: Señor Knight. Que comenzó hablar de que hacíamos la pareja perfecta. Eso era realmente incomodo, “La pareja perfecta” no creía mucho en eso, pero el señor que nos lo repetía una y otra vez parecía creer que había alguien perfecto para otra persona, la comúnmente llamada: “Media naranja” Miré a Paris que sonreía cada vez que lo escuchaba, aparte de todo nos acabábamos de conocer. Había que admitir que estaba guapo y parecía un chico bastante agradable pero de ahí a pensar en la pareja perfecta era absurdo ¿o no? Propuestas para tomarnos fotos juntos, una oferta de trabajo y dinero “Lo que toda mujer sueña” menos yo, sabía que no estaba hecha para posar frente a una cámara.
- ¿yo? No, no…- me giré para mirar a Paris y negué con la cabeza. Debería ser una broma, ¿fotografías? ¿Juntos? Volví a mirar al señor Knight –Yo ya tengo un empleo, y realmente no creo ser buena para las fotografías.- Vaya, ¿Paris estaba chantajeándome? Hablando de comida, aire libre, ¡Todo lo que me gusta! Faltaba solamente que me propusiera escuchar música durante el picnic y seria la cita perfecta… aunque, no era una cita.Sabía que seguirían insistiendo para las fotografías ¿Por qué jamás había aprendido a decir que no? Tome aire y con una sonrisa asentí – Está bien, emm.. Lo haré, pero solo unas pocas. Aunque no creo que sea lo que ustedes buscan- El señor Night parecía complacido. Dirigí la vista a Paris – y tú, me debes un picnic!- dije con una sonrisa divertida.

Fotos, fotos y más fotos. Fue bastante incomodo en un principio pero después todo parecía ser divertido y comenzaba a disfrutarlo, después de todo sería solo una vez. Abrazos, besos en la mejilla, tomándonos las manos, fue extraño pero por fin todo termino. Todos se arreglaban para irse, guardando cámaras y tantas cosas a las cuales no podría ponerle un nombre ya que no conocía absolutamente nada de eso. ¿Era posible? Acababa de conocer a un chico con quien me había tomado unas fotografías sin siquiera saber en dónde terminarían.

Paris Lemonis tomó mi mano y me dirigió a un sitio bastante agradable y alejado. – No lo sabía, y me extraña que tú lo sepas… No creo que pases los 25 años y no creo también conocer a alguien menor de 25 años quien sepa acerca de este árbol, cuando apenas puedes saber cómo llegar a su casa después de una noche de copas. - Me detuve justo en ese momento. Eran estos momentos los que detestaba ¡No saber porque decía las cosas! Que locura. –Bien, ahora realmente me siento estúpida. No tiene nada que ver una cosa con la otra y aunque realmente no sabía que el laurel está consagrado al dios Apolo, parece ser una historia bastante interesante.- Sonreí y me senté bajo el árbol sin más y mire a mí alrededor con cierto desconcierto. –No quiero ser enfadosa pero ¿Dónde está la comida? Tengo justo… - Mire mi reloj para asegurarme bien de la hora y continué. -20 minutos para almorzar antes de irme de nuevo a mi estupendo trabajo.- Dije con sarcasmo mientras le miraba fijamente. –Me dirás acaso que también eres mago y harás aparecer la comida, porque eso sería estupendo. -